12.7.02

El carácter geoeconómico y geopolítico de la biodiversidad

Gian Carlo Delgado Ramos
Programa de investigación junior CLACSO/Asdi sobre
“Política y Geopolítica de la Ecología en AL y el Caribe”
Buenos Aires, Argentina., 2002.

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JOV%2001%20GEOPOL%CDTICA%20DE%20LA%20ECOLOG%CDA/delgado%20ramos%20art%EDculo.doc





Introducción
La biodiversidad como fundamento del desarrollo de las nuevas tecnologías de punta


Desde finales de la década de los setentas, pero sobre todo desde la década de los ochentas y marcadamente desde los últimos años del siglo pasado, una serie de tecnologías, parte de un nuevo patrón tecnológico “más limpio”, han redimensionado la biodiversidad como recurso. Ya no se trata de un recurso cualquiera, sino uno estratégico que figura como fundamento del desarrollo de dichas tecnologías con fuertes encadenamientos hacia atrás y adelante, tanto en la esfera productiva como en la militar. Me refiero al uso de estructuras de ADN o moleculares, compuestos activos químicos o bioquímicos, etcétera en el avance de la biotecnología , seguida por la nanotecnología , la electroinformática, los nuevos materiales y las nuevas energías. (Delgado, 2002: 41-60) Por ejemplo, podemos mencionar, para el caso de la biotecnología, el desarrollo de organismos genéticamente modificados (transgénicos), nuevas medicinas y cosméticos, y novedosas armas biológicas. En la nanotecnología para el diseño de cualquier compuesto inorgánico y orgánico. Para la producción de nuevos materiales o totalmente mejorados como cerámicas, resinas, plásticos, fibras, etc. En las nuevas energías, se puede apuntar el caso de la biomasa y en cuanto a la electroinformática, para el desarrollo de nuevos procesadores que imiten la capacidad de la célula para empaquetar grandes cantidades de información en poco espacio.
Al ser este recurso estratégico, lo central para los capitales involucrados en el desarrollo de esas bio-tecnologías ha sido su control. Entendido como la gestión del recurso, incluye el acceso, administración, conservación, uso y usufructo directo e indirecto del mismo. (Delgado, 2002: 103)
Para los capitales bio-tecnológicos y los Estados Capitalistas Centrales (ECC) de los que son originarios y que de igual modo la impulsan desde sus Institutos y Laboratorios –sobre todo militares-, el recurso tan sólo es una parte del proceso, también es fundamental la apropiación capitalista del conocimiento tradicional indígena y campesino (de origen propiamente precapitalista) ya que además de que permite localizar rápidamente y de modo efectivo la biodiversidad con potencial comercial; al mismo tiempo reduce el costo de esa búsqueda. La apropiación del recurso como tal y lo que se denomina como “conocimiento asociado”, se colocan bajo la mira de los capitalistas involucrados en este nuevo patrón tecnológico en gestión. (Delgado, 2002: ibid) Las actividades de “bioprospección”, mejor denominadas como actos de biopiratería, son movimientos estratégicos dentro de la competencia intercapitalista en el marco de los bionegocios. Es decir, entre los capitales “contaminantes” que conforman el patrón tecnológico todavía dominante –interesados en frenar y/o al mismo tiempo irse reconvirtiendo y posicionándose en el nuevo patrón tecnológico-, como de los que están en el que se encuentra en formación, relativamente “más limpio”. Así, como resultado de la dinámica de expansión del capitalismo, tal confrontación permanente en la apertura y en el posicionamiento hegemónico dentro de nuevos espacios de rentabilidad, los obliga a competir por el saqueo de las principales zonas biológica y culturalmente megadiversas del planeta. Para ello, dado que “coinciden” en el mismo objetivo, han venido impulsando, un Sistema Mundial de Biopiratería a la par de un Sistema Mundial de Propiedad Intelectual. (Delgado, 2002: 103-135, 179-191).
El término de “biopiratería” fue ideado en 1993 por Pat Mooney, presidente de ETC Group (antes RAFI) y se refiere a,
...la utilización de los sistemas de propiedad intelectual para legitimizar la propiedad y el control exclusivos de conocimientos y recursos biológicos sin reconocimiento, recompensa o protección de las contribuciones de las comunidades indígenas y campesinas...Por lo anterior, la bioprospección no se puede ver más que como biopiratería.(Mooney, 1999)

La biopiratería implica esos actos de robo, que se hacen en complicidad con el Estado nación u otros actores nacionales como institutos de investigación del sur; y que se trata de contratos para saquear este recurso a cambio de insignificantes sumas o equipo para pre-analizar muestras biológicas. Sin caer en el error de cuantificar cuál sería el valor adecuado para un recurso que es sustento de la vida, incluyendo el de las culturas indígenas y campesinas que históricamente se han relacionado con su entorno natural de modo orgánico, lo que se quiere señalar es que tales contratos de saqueo, literalmente están estableciendo la “legalidad” del cambio de oro (verde) por espejos. En este sentido, la biopiratería no sólo como una mera conceptualización analítica, sino como una concepción política, únicamente se puede entender como mecanismo de enriquecimiento capitalista, de acciones ecocidas y antítesis de la sustentabilidad. (Delgado, 2001: 105) Los ECC y los bio-capitales, por así categorizarlos, se encuentran en una gran disyuntiva, por un lado necesitan “robarse” la biodiversidad y el conocimiento indígena; y por otro lado, tienen que lidiar con la creciente y cada vez más aguda crisis ecológica, así como con el proceso de exclusión y exterminio de las culturas y comunidades indígenas del orbe, fenómeno que por donde se vea ya está resultando contradictorio. (Delgado, 2002: 106) La biopiratería entonces, no solamente tiene implicaciones geoeconómicas, sino también, claramente geopolíticas y sociales.
Los tejidos mediante los cuales esos ECC y las CMN bio-tecnológicas acceden a las muestras biológicas y su conocimiento son marcada y crecientemente complejos. Si bien son de gran importancia los Bancos de Germoplasma y los Jardines Botánicos como fuentes de biodiversidad ex situ (o fuera de su lugar de origen); la biodiversidad in situ que incluye pero no se limita a las Áreas Naturales Protegidas (ANP) y sus variantes, resulta ser la de mayor importancia y disputa geoeconómica y geopolítica. Estos últimos, son espacios altamente estratégicos por contener la biodiversidad y demás recursos naturales en su estado nativo, lo que permite obtener información adicional de su ciclo vital y su entorno –algo fundamental para determinar en qué momento del año o de su vida tal o cual organismo produce determinado compuesto bioquímico, útil comercialmente, y bajo qué condiciones-, pero sobre todo, su centralidad radica en que al mismo tiempo “contiene” el saber asociado de las culturas indígenas y campesinas.


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