24.6.08

DELICADO PARA MÉXICO, EL PANORAMA INTERNACIONAL EN MATERIA ENERGÉTICA


Boletín UNAM-DGCS-402
Ciudad Universitaria
México, 24 de junio de 2008.
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- Aseguró en el segundo día de trabajos del Debate Universitario sobre la Reforma Energética, el integrante del CEIICH de la UNAM, Gian Carlo Delgado Ramos. Escuchar Audio
- El profesor de la FES Aragón, Sergio Alfonso Martínez González, destacó que el consumo de crudo continuará en aumento en forma vertiginosa en las próximas décadas
- El investigador del ICMyL, Luis Soto González, dijo que el descontrol de pozos petroleros ha ocasionado daño al medio ambiente.
- El también integrante de esa entidad, Felipe Vázquez Gutiérrez, afirmó que cualquier país que tenga seguridad energética debe buscar alternativas y reducir el consumo.
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El panorama internacional en materia energética es delicado para México, porque está por llegar a límites socio-ambientales que hacen de gran urgencia la transición en este ámbito, proceso que, no obstante, requiere enormes cantidades de energía fósil, advirtió el integrante del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, Gian Carlo Delgado Ramos.

Al participar en el segundo día del Debate Universitario sobre la Reforma Energética, organizado por la Universidad Nacional, precisó que, ante ello, las reservas deben servir como el mecanismo y la plataforma para esa transformación, imperativa en un país petrolero socioeconómicamente polarizado; la falta de acceso a la energía implica la intensificación de conflictos sociales.

Luego, se refirió a la situación internacional en la materia. Informó que 80 por ciento de los combustibles fósiles constituyen el “coctel” energético mundial, pero el consumo es crecientemente desigual en el orbe, porque se calcula que los habitantes en países desarrollados utilizan 21 veces más per cápita estos recursos que los de bajos ingresos.

Creer que con más petróleo se beneficiará al grueso de la población es incorrecto. Ejemplificó: dos mil 400 millones de personas usan biomasa tradicional para cocinar, mientras que mil 600 millones no tienen acceso a la electricidad.

En el auditorio Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina (FM), donde se llevó a cabo la mesa Seguridad energética y medio ambiente, el profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES), Aragón, Sergio Alfonso Martínez González, destacó que el consumo de energía, especialmente de crudo, aumentará, en forma vertiginosa, en las próximas décadas.

Ello a pesar del evidente descenso en la producción mexicana, pues en 1987 las reservas petroleras equivalían a 54.1 mil millones de barriles, y en 2007 sólo fueron 12.2 mil millones de barriles; mientras que las de gas natural equivalían a 2.12 trillones de metros cúbicos hace 21 años, quedando en 0.37 trillones a finales del año pasado, aclaró.

Ante este panorama, sostuvo, hoy se tiene la oportunidad de hacer los cambios necesarios para empezar a usar otros tipos de energéticos, más limpios y que a la larga puedan emplearse como recursos naturales renovables.

No se puede hablar de reforma energética si sólo se considera al petróleo y no se incluyen otro tipo de recursos, para garantizar la seguridad del país en este rubro. En ese sentido, propuso, se debe establecer una política nacional que fortalezca la investigación y el desarrollo tecnológico sobre energías alternas, para sustituir en forma paulatina el uso de combustibles fósiles y disminuir la emisión de gases de efecto invernadero.

En la mesa, moderada por Enrique Graue Wiechers, director de la FM, y cuya relatoría estuvo a cargo de César Augusto Domínguez Pérez–Tejada, titular del Instituto de Ecología, el investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL), Luis Soto González, indicó que muchas de las actividades petroleras mexicanas se han enfocado a la exploración.

Sin embargo, se preguntó qué tanto se ha hecho con relación al procesamiento, refinación y petroquímica; es algo que está a discusión en este momento, pues se sabe que esos ámbitos son los eslabones más débiles en la cadena de producción petrolífera en México. Es obvio que el descontrol de pozos petroleros ha ocasionado daño al medio ambiente y, en la actualidad, se paga el costo social de tener un ecosistema alterado.

Por otra parte, es preciso reconocer el rezago tecnológico del país para abordar la exploración en el mar profundo, y éste es un desafío que debe contemplar una reforma energética, pero en un marco de sustentabilidad para conservar la biodiversidad, los recursos bióticos y los alojados en el fondo del mar, sugirió.

En su oportunidad, el también investigador del ICMyL, Felipe Vázquez Gutiérrez, afirmó que cualquier país que tenga seguridad energética debe aumentar la producción, buscar alternativas, reducir el consumo.

México requiere instalar plantas nucleares, como ya lo han hecho Francia y Japón, que generarán energía solar y eólica, entre otras, que ofrecerán beneficios científicos y políticos.

Respecto a la contaminación en el Golfo de México, el experto en Ciencias, informó que está poco dañado en su zona oceánica, pero en la parte costera –donde hay ríos, lagunas, industrias y pescadores–, tiene un mayor impacto. Por esto, se requieren recursos para lograr el desarrollo tecnológico y científico, porque la ciencia es autofinanciable.

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Notas similares en:
La Vanguardia (Coahuila)
W Radio
Excelsior
Yahoo News
Diario de México

Estados Unidos consume la mitad de la producción mundial de gasolina

Laura Poy Solano
La Jornada. México, 25 de junio de 2008.

Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) alertaron sobre la necesidad de plantear no sólo una política energética, sino un modelo de consumo y distribución de energía más equitativo, pues más de dos terceras partes de la población mundial no tienen acceso a los beneficios de los combustibles fósiles.

Al participar en el debate universitario sobre la reforma energética, Gian Carlo Delgado, académico del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (Ceiich), alertó sobre el riesgo de seguir impulsando un consumo energético mundial desigual, pues se estima que la población de países desarrollados consume 21 veces más energía per cápita que aquella que habita en naciones de bajos ingresos.

Destacó que 2 mil 400 millones de personas en el mundo utilizan biomasa tradicional –leña o carbón– para cocinar, mientras mil 600 millones no tienen acceso a la electricidad. En contraste, agregó, Estados Unidos consume la mitad de la producción mundial de gasolina, estimada en 2007 en 1.3 billones de litros.

En la mesa Seguridad energética y medio ambiente, que se llevó a cabo en el auditorio Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina de la UNAM, enfatizó que como parte de un consumo energético desequilibrado se estima que 20 por ciento de la población mundial genera 90 por ciento de los gases de efecto invernadero, mientras el consumo energético de los automóviles sobrepasa en una proporción de cuatro a uno el consumo humano de alimentos.

Leticia Campos Aragón, catedrática del Instituto de Investigaciones Económicas y especialista en consumo energético, afirmó que Estados Unidos consume 24 por ciento de toda la producción mundial de petróleo e igual porcentaje de la energía eléctrica, lo cual “representa claramente la inequidad entre producción y consumo”. Alertó, al participar en la mesa sobre fuentes alternas de energía, que todo el petróleo que necesita Estados Unidos es para impulsar, en gran parte, el sector de la industria militar y la producción de armas, “por lo que cabe preguntarnos para qué demandamos tanta energía y en beneficio de quién”.

En entrevista, destacó que quien está tomando las decisiones de lo que ocurre en el planeta “son unas cuantas familias y empresas que están presionando al presidente Felipe Calderón por su feroz necesidad de obtener recursos energéticos, que se ve agravada por el incremento en los precios del barril de petróleo, que ya ha superado la barrera de los cien dólares”.

Por eso, insistió, su propuesta de reforma energética no puede responder a las necesidades de desarrollo del pueblo mexicano, porque en realidad está dirigida a satisfacer los requerimientos de otro país, ya que su propuesta es que Petróleos Mexicanos incremente su capacidad de producción, con tecnología más eficiente y capaz, incluso para explotar yacimientos de hidrocarburos en aguas profundas.

En realidad, afirmó, el mensaje es claro: quieren “más petróleo y más rápido, pero no nos dicen si esto resolverá el desempleo o si se incrementará el salario mínimo, con el cual difícilmente se podrá enfrentar la carestía de los alimentos. Con esta visión nos están condenando a un mayor subdesarrollo”.

Los especialistas subrayaron que ante un escenario de creciente demanda de consumo de energéticos y baja producción de hidrocarburos, la transición debe ser un tema “nodal para la seguridad y el futuro de la nación, pues de lo contario enfrentaremos el riesgo de quedar rezagados y depender del desarrollo tecnológico de otros países para la aplicación de energías renovables como la solar, la eólica o los biocombustibles”.

Víctor Manuel Castaño, director de Física Aplicada y Tecnología Avanzada de la UNAM, destacó que las fuentes alternativas de energía no pueden plantearse sólo como un problema tecnológico, “sino con una visión integral en la que se analicen los impactos económicos, ambientales y sociales no sólo por el alto costo para su desarrollo, sino por las potencialidades que sí podemos desarrollar con la tecnología ya existente”.

Aseguró que en 2007 del total de recursos que se destinaron para la generación de energía, 95 por ciento fue para las fuentes tradicionales, como hidrocarburos, mientras 5 por ciento se destinó a energías alternativas o renovables. Advirtió que en los próximos diez años “nos veremos forzados a hacer un cambio mundial, en un esquema de inversión de al menos 80 y 20 por ciento, respectivamente, lo cual implicaría un incremento mínimo de 15 por ciento para los combustibles de fuentes renovables”.
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11.6.08

Political Sociology of Agrobusiness: GMO and agrofuels in Latin America


Gian Carlo Delgado
International Journal of Human Sciences
Vol. 5 No. 1. 2008


Abstract

The type and “nature” of technological innovation sponsored by the agroindustry as a basis of its business, is a highly debated issue because of both, its uncertainty on ‘technical’ aspects and its socio-ecological impacts and implications. This paper reviews the case of the genetically modified organisms (GMO) and its relation with the promotion of the agrofuel production business. The analysis offers a sociopolitical perspective, meaning the appraisal of the process of agreement and clash of agroindustry’s interests towards the socioecological limits of its projects. The main study case is Latin America.

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8.6.08

NO SE CONTABILIZA DE FORMA ADECUADA, EL COSTO REAL DE LA PRODUCCIÓN DE HIDROCARBUROS


Boletín UNAM-DGCS-358
Ciudad Universitaria.
México, 7 de junio de 2008.
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· Investigadores de la UNAM aseguraron que se necesita entre 25 y 39 por ciento más de recursos para sostener el ritmo de consumo de energía y materiales

· El integrante del CEIICH, Gian Carlo Delgado, dijo que no se ha evaluado la tala de árboles, la alteración al ambiente, la producción de lodos y el daño a los arrecifes y otros más

· Extraer un barril de petróleo hoy día representa diez veces más el costo energético que en 1950, dijo el académico de la Facultad de Economía, Américo Saldívar
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El costo real del petróleo no ha sido calculado de forma adecuada, porque no se han evaluado los efectos que provoca al medio ambiente y a la salud, reconocieron los participantes del Segundo Coloquio Situación y Alternativas Energéticas 2008-2050, organizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.

El investigador del CEIICH, Gian Carlo Delgado Ramos, aseguró que la estimación de producción de un barril de petróleo en un costo aproximado de cuatro dólares, es tramposa, porque es un precio que no considera cuestiones ambientales ni de salud.
Por ello, se ha empezado a tomar en cuenta una serie de factores como exploración, producción, extracción, procesamiento y quema del hidrocarburo, que hace que su precio se vuelva extremadamente caro.

En el auditorio del CEIICH, advirtió que en exploración, por ejemplo, no se ha contabilizado el costo de la tala de árboles, la alteración de los ecosistemas inmediatos a las zonas de excavación, ni por el movimiento de caravanas, equipo y maquinaria pesada. Se estima, que 40 por ciento de las perforaciones de prueba son fallidas. Además, muchos de los sistemas en donde está el recurso son prístinos, y los daños que se ocasionan en esos sitios tampoco se calculan.

Delgado Ramos agregó que en perforación y extracción de crudo tampoco se consideran los efectos de los explosivos, la producción de lodos, de agua de desecho ni los materiales radiactivos que se liberan con las excavaciones y la remoción de tierra, así como el perjuicio a los arrecifes de coral y demás.
El integrante del CEIICH aseveró que los indicadores más recientes, señalan que se necesita entre 25 y 39 por ciento más de recursos para sostener el actual ritmo de consumos de energía y materiales.
Por ello, en un contexto en el que se incrementa el consumo de energía de manera dramática y se pasa de miles de barriles a mediados de siglo XIX a 65 millones a finales del siglo pasado, se entra en una fase de caída de las reservas probadas de petróleo barato.
Gian Carlo Delgado informó que los países desarrollados consumen 21 veces más energía que las naciones menos industrializadas. Estos indicadores muestran una situación tensa, que es urgente resolver, porque los límites empiezan a imponer un cambio de paradigma energético.

Por su parte, el académico de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía (FE), Américo Saldívar Valdés, informó que extraer un barril de petróleo hoy día, representa diez veces más el costo energético que en 1950; por cada barril de petróleo que se usaba se extraían 50, y hoy es de uno a seis.
Por ello, consideró indispensable reducir los niveles de consumo, extracción y exportación de hidrocarburos; impulsar la eficiencia energética y la producción industrial, y aumentar el nivel de certeza entre reservas probadas y probables. Además, “ningún crecimiento o desarrollo tecnológico se justifica si no se orienta a la mejoría de los más necesitados”.
Se debe colocar en un lugar central de cualquier propuesta de reforma energética, temas como el cambio climático, el fin de los combustibles fósiles baratos, la contaminación de aire, agua y suelo por extracción, la refinación, distribución y consumo de petróleo, así como la defensa de los intereses de las futuras generaciones.
El economista universitario dijo que el tema de la reforma es tan delicado, complicado e importante, “que no se puede dejar en manos de los políticos”, porque la idea central es que el gobierno se siga apropiando íntegramente de la mal llamada renta petrolera de los nuevos descubrimientos, la exploración y explotación de hidrocarburos en aguas profundas del Golfo de México.
Con ello, recalcó, se busca mantener al menos la cuantía de los ingresos extraordinarios por esa explotación, que en los últimos años ha fluctuado entre 12 y 26 mil millones de dólares anuales. Esos recursos seguirían cubriendo sus necesidades para infraestructura, gasto corriente, fiscal y social, reparto a los estados y pago de deuda.
Por otro lado, insistió en que el uso casi indiscriminado de la energía fósil y de los recursos provenientes de la renta petrolera, ha afectado el tejido político y socioeconómico del país, se ha dependido tanto de ese recurso, que ha terminado por influir negativamente en los principales indicadores del desempeño económico, en términos de eficiencia, eficacia, rentabilidad y baja entropía.

Por último, el integrante del Instituto de Investigaciones Económicas, Rafael Borrayo López, sostuvo que hay problemas en la teoría y en la base empírica requerida, para elaborar modelos aplicables para el análisis económico ambiental.
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Publicado también en:
La Jornada (1)
La Jornada (2)
Notimex
Excélsior
Diário de Yucatán
La Crónica
Imagen del Golfo

7.6.08

Proponen académicos replantear la economía con base en el campo

Notimex.
México, 7 de junio de 2008.
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México, DF.- El sector académico de la UNAM llamó a replantear la economía del país con base en el fortalecimiento del campo mexicano, como una alternativa para evitar seguir malgastando recursos no renovables como el petróleo.

Durante una serie de paneles en materia energética que llevan a cabo académicos e investigadores de la UNAM, el investigador Américo Saldivar destacó en ese sentido que "hay que volver la vista al campo y dar un golpe de timón en la política económica".

En entrevista, el catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aseveró que "paradójicamente ahorita estamos exportando petróleo y estamos importando alimento: los granos básicos".

Agregó que revirar hacia la economía local en el país daría como resultado un desarrollo sustentable de largo plazo, además de que al no hacerlo, hoy se desperdician toneladas de energía solar que en el campo pueden captarse.

Sin embargo, destacó que el replanteamiento de la economía es insuficiente si se no se integra a la política energética, social, agropecuaria, ambiental y fiscal.

"Mientras no se unan todos estos eslabones, sólo hablar de reprimarización" es insuficiente.

El académico destacó que es necesario replantear si vale la pena seguir la discusión sobre la explotación de yacimientos petroleros en aguas profundas, toda vez que la renta petrolera no es utilizada para el bienestar en el país.

"No se han reducido los niveles de pobreza y no se ha incrementado el nivel de capacidad productiva para incrementar los niveles agroalimentarios de la población.

El verdadero tesoro está en la profundidad del campo", dijo.

Durante las ponencias de este viernes que se realizaron en el auditorio de la Torre II de Humanidades de la UNAM , el investigador Gian Carlo Delgado Ramos, apoyó la postura y habló de generar una nueva cultura energética.

Agregó que la experiencia petrolera en el país obliga a replantear el continuar con este energético como principal fuente.

Advirtió que los costos del petróleo desde su exploración, perforación, extracción, transportación, refinería y combustión, en los hechos, incluyen en cada etapa un impacto ambiental y a la salud que, añadidos a los gastos de seguridad de abastecimiento, elevan el costo real del energético.

Agregó que una vez en operación, los pozos petroleros hacen uso masivo de agua y generan cuantiosos desechos de diversos impactos ecológicos, puesto que incluyen metales pesados, compuestos tóxicos como el mercurio e hidrocarburos aromáticos volátiles, entre otros.

Asimismo, la transportación del crudo es un foco potencial de contaminación persistente en tanto la eventualidad de derrames en tierra y mares causan un importante daño a los ecosistemas.

Todo lo anterior incluye costos de seguridad, es decir, la prevención de que un poder hostil domine una región cuyos recursos bajo un control consolidado, podrían ser suficientes para generar un poder global.

ARCHIVO HISTÓRICO