18.6.12

La mina de oro en Tetela perjudicará medio ambiente y economía en la región: Delgado

Por : Martín Hernández Alcántara
La Jornada de OrientePuebla, Puebla. 18 de Junio de 2012.
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La eventual apertura de una mina para la extracción de oro y plata a cielo abierto en el municipio de Tetela de Ocampo supone efectos perjudiciales para el medio ambiente y la población de la región, porque ese tipo de industrias tiende a acabar con los mantos acuíferos –debido al gran cúmulo de agua que demandan– y suelen utilizar cianuro en sus procesos, elemento que es liberado sin control, causando daños irremediables a la tierra y, por tanto, a la producción agrícola.
Lo anterior fue advertido por Gian Carlo Delgado Ramos, miembro del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El especialista en temas de agua y nanotecnología manifestó en una entrevista que Puebla es un estado que históricamente se ha enfocado a la explotación de yacimientos de materiales pétreos, comúnmente usados para la construcción, como la grava y arena.
Según un informe de la Secretaría de Economía el año pasado, en Puebla existen 164 títulos  de concesión para 31 mil 310 hectáreas en producción minera. Hay un total de 443 mil 693 hectáreas disponibles para la exploración, es decir, para saber si hay recursos factibles de ser aprovechados por la industria.
“Lo que se está viendo es que en los últimos años en Puebla coincide con la dinámica nacional: la superficie concesionada está aumentando en el país para exploración y para explotación y aquí lo fuerte es que en realidad lo que se tiene es 3.8 por ciento de la superficie concesionada para la explotación, y lo que se viene es el resto”, es decir 76.4 por ciento, advierte el investigador. NOTA: (debe decir que del total de superficie en concesión, la que está en fase de exploración es equivalente al 93%).
El mes pasado, la asociación civil Comité Tetela Hacia el Futuro denunció que una empresa pretende iniciar la explotación de yacimientos de oro y plata a cielo abierto en esa región, lo que resultaría en consecuencias nocivas para el ecosistema y la economía de la población.


Delgado Ramos investigó sobre el asunto y descubrió que “la concesión es de alrededor de 10 mil hectáreas que se le da a Frisco”, una empresa del Grupo Carso, el consorcio de Carlos Slim Helú.

El académico señaló que “el tema no es la vieja minería de pico y palas, sino la gran minería que utiliza grandes maquinarias, yucles que mueven arriba de 50 toneladas o más (hasta 400 toneladas por carga) y que te pueden procesar cientos de toneladas diarias de material. Además, está el proceso químico a base de cianuro, un compuesto altamente tóxico que afecta los mantos freáticos”.
Otros estragos de la industria del oro y la plata es que normalmente se expropia la tierra a sus propietarios o se presumen concesiones que no cuentan con el aval de los dueños de los lotes.
Una vez concesionada la superficie, toda la actividad minera se hace a puerta cerrada, incluso las autoridades tienen que avisar que harán una inspección, pues no pueden ingresar de manera sorpresiva, so pretexto de que su presencia debe ser anticipada para establecer medidas de seguridad.
A las restricciones para auscultar el trabajo de las mineras, hay que agregar que los informes que éstas rinden al gobierno son prácticamente discrecionales, pues son las compañías las que reportan sus volúmenes de producción sin que se pueda confirmar la veracidad (o precisión) de los datos, abunda el especialista.
“El problemas es siempre para la tierra y el acceso al agua. Las grandes producciones de minerales requieren de grandes cantidades de agua, normalmente acaparan la mayoría del agua, dejan a las poblaciones cercanas sin agua, se agotan las aguas superficiales y subterráneas. El proceso requiere mover grandes cantidades de roca, estamos hablando de tajos a cielo abierto, estamos hablando de medio gramo más o menos de oro por tonelada extraída (...) el tema es que remueven toda esta cantidad de roca y más de la mitad –estamos hablando de entre  55 y 60 por ciento de la roca removida– se parte, se tira, es roca que no tiene mineral y esto libera algunos ácidos”, expresa el investigador.
Y añade: “algunas empresas mineras han reconocido explícitamente que en el proceso de baño de agua con cianuro –que se supone es un ciclo cerrado– hay pérdidas por evaporación de hasta 30 por ciento. Esto tiene implicaciones tremendas, pues se desconoce el impacto a la biodiversidad, el impacto de la contaminación de suelos y de agua, principalmente por cianuro, pero también por otros agentes”.
“Las dimensiones ambientales de la extracción de oro son visibles cuando se toma nota de que la producción de un gramo de oro demanda el uso de 540 mil gramos de insumos, al tiempo que genera hasta 7 millones de gramos de desechos (el grueso roca no mineralizada, jales y agua contaminada en diversos grados). De modo similar sucede con la plata pero dado que su explotación es sólo viable en concentraciones mucho mayores, la intensidad de insumos demandados y el impacto generado son comparativamente menores: los insumos demandados ascienden a 7 mil 500 gramos y la cantidad de desechos en no menos de 100 mil gramos por gramo de plata obtenido. Desde luego los datos son promedios internacionales y puede haber variaciones por arriba o por abajo de tales números” agrega.
Pero los perjuicios trascienden al mero proceso de explotación: “cuando la minera se va, se supone que debe hacer secciones de remediación y de preparación del sitio para su clausura, pero lo que sabe es que esos sitios hay que mantenerlos por años. Por ejemplo, uno de los datos importantes es que una vez cerrada la industria todas las camas de roca que fue rociada con cianuro hay que rociarlas con agua potable o agua pura por más de dos años para seguirlas lavando y aminorar la concentración de cianuro, de eso estamos hablando.  Toda esta agua que queda contaminada con cianuro y con metales pesados y otros compuestos como el zinc, que se utiliza mucho para la amalgamación, todos estos materiales acaban en estas aguas residuales que ahí se quedan y el gobierno y los pueblos son lo que lo tienen que remediar”.
Delgado agrega que muchas veces el gobierno deja a su suerte a los habitantes de las sus comunidades.

15.6.12

Continúan actividades de la Semana de la Nanociencia y la Nanotecnología en México






Por : Martín Hernández Alcántara

Puebla, Puebla. México. 14 de Junio de 2012.


Es necesario que en México se establezcan protocolos efectivos para la nanociencia y el manejo de la nanotecnología, pues actualmente son prácticamente inexistentes y se están operando productos cuyas implicaciones para la salud humana y el medio ambiente son desconocidos, advirtió Gian Carlo Delgado Ramos, miembro del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.
El investigador participa en la Semana de la Nanociencia y la Nanotecnología en México que se celebra desde el pasado lunes y hasta el próximo 15 de junio en el edificio Carolino de la Universidad Autónoma de Puebla.
Delgado Ramos, investigador del programa El Mundo en el Siglo XXI, dictó este martes una conferencia en el Salón Barroco del edificio Carolino.
Entre otras cosas, el científico explicó que el grueso de avances en nanotecnología se centra en el desarrollo de novedosos nanomateriales para uso diverso, pero las propiedades únicas de las nanopartículas y nanoestructuras que los componen sugieren potenciales implicaciones ambientales y sobre la vida debido a lo incierto de sus interacciones y efectos.
“Se ha señalado que las propiedades que se están aprovechando de las nanoestructuras y nanomateriales, por ejemplo: su superficie altamente reactiva y su habilidad de atravesar membranas, podrían significar peligros importantes en especial por su grado potencialmente elevado de toxicidad (...) las implicaciones ambientales en relación con tal toxicidad y con la biodegradabilidad de las nanopartículas y los efectos de éstas en la salud de la diversidad de especies, incluyendo la humana, en el corto y en el mediano plazo, son de consideración puesto que se estima que podrían interferir en las funciones vitales”, señaló.
La bioacumulación y persistencia de las nanoparticulas a lo largo de la cadena alimenticia es también un factor digno de observación detenida”, advierte el autor de Guerra por lo invisible: Negocio, Implicaciones y Riesgos de la Nanotecnología.
El economista ha advertido en sus estudios que en la nanociencia hay notables vacíos de conocimiento, entre los que identifica como más importantes: la insuficiente definición del punto en el que de hecho las propiedades cambian en relación con el tamaño (macro/micro/nano escala); la limitada claridad acerca de esas propiedades de la nanoescala y el casi nulo conocimiento de las implicaciones de la interacción de tales o cuales nanoestructuras con el medio natural.
Delgado Ramos señala además que las industrias y gobiernos tienden a descalificar los cuestionamientos que hay sobre el peligro que la fabricación, manipulación y liberación al medio ambiente puede generar a los ecosistemas y a la salud humana, por lo que el debate no está ganando la atención y la seriedad que se merece.
La Semana de la Nanociencia y la Nanotecnología en México incluye el Primer Simposio Iberoamericano de Divulgación y Formación de Nanotecnología, la Segunda Reunión fe Coordinación de la Red Nanodyf–Cityed y el Quinto Encuentro Interdisciplinario en Nanociencia y Nanotecnología, Nano’Mex 2012.

10.6.12

Los refrescos embotellados, un riesgo para la salud


Son causa de desnutrición infantil, obesidad y diabetes, entre otras enfermedades, refieren investigadores de la UNAM.
La Jornada en línea
Publicado: 10/06/2012 11:47

México, DF. Cifras confiables indican que el consumo de refrescos embotellados aumentó 40 por ciento, mientras que el consumo de frutas y verduras descendió 30 por ciento en ese periodo, aseguró Alejandro Calvillo Unna, en la conferencia El negocio de las refresqueras y del agua embotellada en México: nutrición, pobreza y política de Estado, efectuada en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.Un fenómeno de mercadotecnia, arropado en estrategias para acaparar el mercado, reconocido por el logotipo rojo y blanco del refresco negro, se transformó en un problema de desnutrición de la población, sobre todo infantil, en innumerables localidades del país.
Calvillo, integrante de la asociación civil el Poder del consumidor, agregó que, de acuerdo con cifras de la Universidad de Yale, cada mexicano ingiere 163 litros de refrescos al año, en promedio, lo que coloca al país entre los principales consumidores de este tipo de bebidas en el mundo. Además, a ello se debe aumentar la ingesta de agua embotellada, con lo que también se modifican las formas de hidratación de la población.
Gian Carlo Delgado Ramos, coordinador de la conferencia y perteneciente al CEIICH, retomó el tema del agua embotellada, y tras hacer una proyección histórica, comparó el consumo desde una perspectiva mundial. Aumentó 151 por ciento de 1997 a 2009, es decir, de 80 mil 595 millones de litros en 1997, a 202 mil 606 millones de litros en 2006.
Por otra parte, en 2009, en Estados Unidos se consumían 32 mil 176 millones de litros de agua embotellada; mientras que el de refrescos era de 43 mil 154 millones.
En México, informó, el consumo se elevó de 10 mil 474 millones de litros en 1997, a 26 mil 070 millones de litros en 2009, un aumento de 148 por ciento en 12 años. Enorme, desde el punto de vista económico, pero también grande en términos de impacto ambiental, debido a los desechos plásticos que genera embotellar el líquido.
De acuerdo con Delgado, el mercado mexicano es uno de los objetivos de embotelladores. La Unión Americana se sitúa como la principal fuente de ganancias, seguida de India, China y nuestra nación. “Sólo México y Estados Unidos representan la tercera parte del mercado mundial. No es poca cosa”.
A su vez, Abelardo Ávila Curiel, investigador del Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán, se refirió al modelo económico del país, del que criticó la política alimentaria.
Luego de señalar la privatización de los bienes públicos y el fenómeno de la emigración campesina al extranjero, con el abandono de sus sistemas productivos locales, abordó la publicidad dirigida a los niños, con la consecuente invasión de espacios públicos.
Según Ávila Curiel, la falta de normas legislativas para regular la publicidad dirigida a los escolares ha propiciado que en las escuelas se expendan alimentos chatarra, incluidos los refrescos negros embotellados.
“Uno de 600 mililitros contiene el equivalente a 12 cucharadas de azúcar, sodio y el colorante Caramelo IV, relacionados con sustancias cancerígenas”.
Desde el punto de vista del epidemiólogo, la situación del país en términos de la salud de su población, es difícil de revertir, debido a que niños de seis años de edad presentan daños metabólicos de consideración.
Según un estudio reciente en la población escolar de algunas zonas del Estado de México –que midió la resistencia a la insulina y factores proinflamatorios–, los infantes reportan desnutrición, obesidad y propensión a diabetes, entre otras enfermedades.
En esas zonas se observa un alto consumo de azúcar en bebidas embotelladas y de grasas de mala calidad en escuelas, por lo que es necesario tomar medidas que reduzcan la ingesta de chatarra.
Finalmente, Amaranta Rodríguez Saavedra, documentalista de Cacto Producciones, destacó la manera en que, por medio de videos tratan de informar a públicos más amplios sobre esta situación que vulnera la salud de los escolares, sobre todo en las zonas rurales.

ARCHIVO HISTÓRICO