28.2.08

Resistencias al cambio de paradigma energético


- Combustibles fósiles y la biocapacidad del planeta.
Memoria. No. 227. México, febrero de 2008:13-17.
ISSN: 0186-1395.


Desde su explotación como combustible, el petróleo ha registrado consumos exponenciales. Las cifras indican que se pasó de unos miles de barriles de crudo al año a mediados del siglo XIX, a más de 65 millones de barriles al día para fines del siglo XX. Los principales sectores de consumo de petróleo son la generación de electricidad, el transporte y la petroquímica.
El consumo energético sin embargo es desigual. Se calcula que los habitantes de los países con mayores ingresos consumen unas 21 veces per capita más que los de bajos ingresos. Cifras a nivel mundial precisan además que 2.4 millardos de personas utilizan biomasa tradicional (e.g., madera) para cocinar, mientras que 1.6 millardos no tienen acceso a la electricidad.
En plena discrepancia, algunas estimaciones calculan que el conductor estadounidense consume en promedio su peso en petróleo crudo cada semana. Esto dicho de otro modo, significa a nivel mundial, que los automóviles sobrepasan en peso a la población en una relación de 4 a 1 y consumen en combustible una cantidad de energía cercana a esa misma proporción que lo que la gente en alimentos.
De modo similar, la transportación aérea de pasajeros pasó de 25 millones en 1950 a casi medio millardo en el año 2000. El consumo de kerosene (base de la turbosina) representaba en ese último año el 10% del petróleo extraído.
Los datos anteriores son un botón de muestra sobre el hecho de que el grueso del consumo de combustibles fósiles está vinculado a los ingresos y por lo tanto a la variable de clase social...


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