18.5.03

Geopolítica Imperial y Recursos Naturales

Gian Carlo Delgado Ramos
Memoria. No. 171. México, mayo de 2003.
http://memoria.com.mx/node/140

Históricamente, el saqueo de recursos naturales y la explotación de los pueblos latinoamericanos como fundamento de la acumulación de capital, ha sido punto nodal en la geopolítica imperial hemisférica, háblese de la Colonia española o la Pax Americana.

Delgado Ramos, Gian Carlo

Desde esa perspectiva, las peculiaridades espaciales-territoriales1 de la región han terminado por precisar las líneas más adecuadas de subordinación, dentro de un marco de correlación de fuerzas de poder contradictorias, que buscan las mejores opciones de estímulo de tal acumulación de capital a favor de los principales grupos de poder económico.

En los últimos años, la proyección geoeconómica y geopolítica estadunidense, en particular sobre “su” zona inmediata (que se abre como un abanico que cubre al menos México, Centroamérica y Colombia), viene revelando esquemas crecientemente expoliadores que permitirían alinear al hemisferio a las necesidades imperiales de los primeros decenios del siglo XXI. Del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se pretende pasar entonces a la conformación de lo que el presidente de México, Vicente Fox, ha denominado Plan Puebla Panamá (PPP); pero más aún, a la consolidación de un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en la que se reconfirmaría, aún más, la Doctrina Monroe, en el sentido literal de “América para los americanos”.

Como resultado de las dimensiones del saqueo y explotación de América Latina (AL), dicho proceso ha de ir acompañado de un recrudecimiento de la actuación policíaco-militar, contrainsurgente y paramilitar de parte de los Estados-nación latinoamericanos y sus aparatos de seguridad, estos últimos cada vez más coordinados con el Departamento de Defensa de EU y con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) mediante su brazo diplomático/civil: la Agencia Estadunidense de Cooperación Internacional (Usaid). Pero, ojo, lo anterior no excluye la intervención directa de EU desde sus numerosas bases y otros posicionamientos militares, a través de programas de “ayuda” militar (como el Plan Colombia) o programas clandestinos de macro y microblanqueo de población (sobre aquellos grupos o personas clave de los movimientos sociales que contradigan los intereses imperiales estadunidenses)2.

John Saxe-Fernández atinadamente señala que ese proceso de saqueo o de enlazamiento y profundización de desestabilizantes fuerzas de “centrifugación”;capitalista, debe ir reforzado de la correspondiente tendencia a la “centripetación” y proyección del poderío policiaco-militar3. El TLCAN, maniobrando con esa táctica, ha fungido, en palabras del autor, como mecanismo para consolidar la compraventa de México en favor de la cúpula empresarial de EU. En ese sentido, se puede leer en su más reciente libro que “…el entonces vicepresidente de EU, Albert Gore, expresó poco antes de que el tratado fuera aprobado en el Congreso de su país: 'TLCAN es tan importante para nosotros como la compra de Luisiana y la compra de Alaska.'”4 En efecto y como desarrolla detalladamente el autor, el resultado ha producido la compraventa de ferrocarriles y carreteras, lo que se ha venido extendiendo rápidamente, mediante iniciativas y proyectos de privatización formal y/o de facto, hacia el sistema bancario y de pensiones, puertos, aeropuertos; telecomunicaciones; espacio satelital; sistemas de almacenamiento, distribución y tratamiento de agua y granos; gas; electricidad y petróleo, etcétera. Inclúyase, además de los hidrocarburos, otros recursos naturales que, desde la firma del tratado, han sido intensamente transferidos bajo la “nueva” lógica del comercio internacional a precios de “socio comercial”. Me refiero a recursos como madera y celulosa para la producción de papel, fibras, chicle, látex y demás biodiversidad de interés comercial, incluyendo su capacidad como “banco de genes” al servicio de las multinacionales biotecnológicas y afines5.

El apabullante saqueo, desde luego, no se restringe a la zona del TLCAN. Una investigación que realizaron Saxe-Fernández y Núñez6 muestra que entre 1976 y 1997 AL realizó una transferencia de excedentes a favor de los países ricos conservadoramente estimada en 2 billones 51 mil 619.1 mdd, deflactados al PIB 1990 de EU7. Esa dinámica de transferencia de excedentes está consolidada en sinergia al pago de la deuda y sus intereses, lo que entre otras cosas ha llevado a la creciente depredación de la naturaleza y al empobrecimiento de los pueblos latinoamericanos y que promete agudizarse todavía más con la implantación de los mencionados esquemas de integración. Los datos son contundentes. El pago de servicios de la deuda de AL, entre 1982 y 1996, fue de al menos 718 mmdd, mientras que el total de la deuda externa de AL ascendió en 1996 a los 623 mmdd8. La tendencia se mantiene hasta ahora.

De orden mayor son las implicaciones de la mencionada desnacionalización de los activos estratégicos, incluidos los recursos naturales o activos naturales. Todo lo que un país defiende en caso de guerra es justamente lo que se ha venido rematando, algo que es en extremo delicado, ya que, en caso de “desestabilización social interna”, es más que factible, como lo indica Saxe-Fernández para el caso de México, que sea EU el que defienda en nuestros territorios lo que “compraron” sus empresarios. No es de extrañar, entonces, que uno de los principales objetivos del TLCAN sea garantizar la seguridad y operatividad de las inversiones extranjeras, hecho que debería llevarnos a poner atención en las negociaciones del ALCA y las amplias concesiones que una élite de poder latinoamericana, bien identificable, viene endosando a costa de la seguridad nacional de los Estados-nación al sur del río Bravo, sus recursos y su gente.

Paralelamente, tres elementos resaltan por sus dimensiones centrifugadoras y centripetadoras en Mesoamérica: el PPP, el Corredor Biológico Mesoamericano (CBM) y, por su proximidad, el Plan Colombia.

Por un lado, el PPP, según sus impulsores, se cimenta en “políticas de Estado que promuevan, incentiven y faciliten las inversiones productivas privadas.”9;Opera formalmente en los estados mexicanos de Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, así como en los siete países centroamericanos. Tiene proyectos de inversión, mucha de la cual es extranjera, en carreteras, puertos marítimos, tendidos eléctricos y de comunicaciones (incluyendo los de fibra óptica), plantas generadoras de electricidad (termoeléctricas, hidroeléctricas), oleoductos y gasoductos, ferrocarriles, aeropuertos, canales secos y de agua, corredores industrial-maquiladores (algunos interoceánicos), proyectos turísticos o “ecoturísticos” de inspiración multinacional, etcétera.

Por el otro lado, el CBM, que opera en la misma región geográfica, alude a la inversión de capital para la “conservación y uso sustentable” de los recursos naturales. Es un esquema en el que por “uso sustentable” se entiende la explotación de recursos estratégicos (biodiversidad, forestas, agua, etcétera) por parte de un selecto grupo empresarial, extranjero en su mayoría10. Amplias han sido las denuncias11 acerca de la funcionalidad del CBM para abrir las puertas al saqueo de los recursos bióticos mediante proyectos de “bioprospección” o, mejor dicho, de biopiratería12. Los promotores del CBM informan a los mesoamericanos que se trata de un proyecto de poco más de 17 mdd13, mientras que el documento oficial del Banco Mundial (BM), “Global Environmental Facility” (GEF),;principales promotores del CBM en favor de sus multinacionales, puntualizaba en el año 2000 que “GEF acordó hacerse cargo de 66.99 mdd de los 90.05 mdd que comprendía el presupuesto inicial.”14 Para 2001, otro documento del BM/Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentado en Europa, referente a la “perspectiva del financiamiento internacional” en el CBM, señalaba que “los montos de las inversiones financiadas por ambas instituciones directamente relacionadas ascienden a 888 mdd y las indirectamente asociadas suman 4,541 millones, es decir, 5,429 mdd en total.”15

Lo anterior evidencia que lo que está en juego no puede ser únicamente un inocente proyecto que se limita a la conservación de la riqueza biológica mesoamericana, lo que lleva a pensar en el grado de sinergia que se pretende establecer entre el CBM y el PPP para refinar el procedimiento de saqueo y explotación de la región. La apresurada negativa de los country managers16 mesoamericanos acerca de cualquier tipo de vinculación no se hizo esperar17. Con señalamientos escuetos que dejan poco claro cómo es que proyectos de esas características y que operan en un mismo territorio, no tienen nada que ver; dichos country managers han “olvidado”, cuando menos, dar explicaciones sobre la ejecución de vigorosas actividades castrenses y de otros aparatos de seguridad e inteligencia, a las que se agrega el abierto contexto militarizado de Colombia. Este último país, objeto de lo que se ha calificado como “un intercambio de armas (estadunidenses) por droga (colombiana)”, también ha experimentado, por medio del Plan Colombia, la penetración masiva de capitales extranjeros, el grueso de EU. De ahí que el Departamento de Estado de ese país;(DdE) señale que el objeto de los convenios no castrenses es para “contribuir a la financiación de programas de alternativas viables a los cultivos ilícitos, al mismo tiempo que destina fondos para la construcción de infraestructura rural y a la promoción de una mejor administración de los recursos naturales.”18;

La relación entre geopolítica imperial y recursos naturales se entienden mejor si se revisa espacialmente la localización de emplazamientos militares y afines, con respecto a las principales reservas de biodiversidad, agua, petróleo y minerales.

En Mesoamérica, puede visualizarse una serie de corredores de recursos relativamente continuos de dichos recursos e incluso algunos de ellos se superponen. Según indica un estudio, “s regiones del trópico combinan su alta incidencia de biodiversidad con las altas concentraciones de minerales. Juntas (nivel mundial) …representan importantes centros de producción de minerales con el 17.4 por ciento del hierro, 14.2 del cobre, 2.2 por ciento del oro y 50.4 por ciento de bauxita.”19 Esas mismas zonas megadiversas atraen las lluvias y la humedad atmosférica, factores que contribuyen a incrementar sus importantes reservas de agua dulce. Por ejemplo, el traslape de tales corredores se identifica en el biodiverso estado de Chiapas (México) donde hay sustanciales yacimientos de petróleo, uranio y otros minerales y cuantiosas reservas de agua. En Guatemala, “coincide” la densa selva maya, la abundancia de ríos y lagos del Petén y los yacimientos petroleros del noroeste (región de la Laguna del Tigre). En Nicaragua, están los yacimientos de oro y los bosques de la región Este; así como la cuenca petrolera marina del Atlántico, justamente en zona de arrecifes de coral -límite marítimo con Honduras-, y punto de confluencia de zonas terrestres megadiversas (Mosquitia, Honduras y Misquitos, Nicaragua). Los yacimientos de cobre de Honduras se dispersan en la zona boscosa de pino del oeste y parte de las montañas de Comayagua. Las minas de cobre (Cerro Colorado) se empalman con la alucinante riqueza biótica e hídrica de la Comarca Ngobe Bügle en Panamá, etcétera.

Esta misma zona del hemisferio se encuentra plagada de emplazamientos castrenses de EU. Un sistema de vigilancia para México, Centroamérica y el Caribe opera con una red compleja de fuentes. Si nos movemos de Norte a Sur, nos topamos con el radar ROTHR de Corpus Christi en Texas, las bases-radares de Soto Cano en Honduras, la de Guantanamo en Cuba y la de Puerto Rico (la estación naval Roosevelt Rose, a parte del fuerte Buchanan). Encima, se anexa el sistema de espionaje satelital (tipo AVHRR, de radiómetro de gran resolución) y los continuos sobrevuelos de aviones espías. Otras bases militares son la de Comalapa en El Salvador (además del Centro Regional de Drogas y la embajada tipo “bunker” más grande de Centro América que mantiene EU en ese diminuto país); la programada en la zona de Liberia en Costa Rica; las antiguas bases del Canal de Panamá (Howard, Isla Galeta, Rodman, Sherman, Balboa, Pina y Clayton); y otros emplazamientos como el aeropuerto militar estadunidense de la ciudad de Panamá. Igualmente, se encuentran lo que EU denomina “Locaciones de Operaciones de Avanzada” (FOL) y “Sitios de Operaciones de Avanzada” (FOS), entre los que están los de Costa Rica, Belice, Honduras, Islas Caimán y Panamá, o el FOL de Aruba-Curaçao.

De la mano del Comando Sur (USSOUTHCOM)20 con sede en Florida y subsede en Puerto Rico, en México y Centroamérica, hay un equipamiento de los ejércitos domésticos y un adiestramiento de los altos mandos y grupos de élite, por parte de EU, que llega, en algunos casos como los de Guatemala y Panamá, a la directa injerencia en las fuerzas armadas nacionales.

Sudamérica, el epicentro de biodiversidad del planeta21 y con las mayores reservas de agua dulce (tan sólo Brasil tiene el 20 por ciento a nivel mundial), sin mencionar los importantes yacimientos de minerales y petróleo, es una región similarmente invadida de presencia militar estadunidense. En algunas regiones -como la andina amazónica-, la situación es más notoria. Podemos mencionar la base-radar de Manta en Ecuador; las de Caquetá, Leticia y el Putumayo en Colombia; los FOS y FOL en Iquitos; la base de Santa Lucia y el Putumayo peruano; la de Chapare y una unidad “antiterrorista” en Santa Cruz de la Sierra en Bolivia; las de Salta, Chubul, Río Negro y las operaciones Cabañas-Ilegales y de Marines en el Delta, todas en Argentina; además, bases de entrenamiento de boinas verdes en Paraguay; la base-radar de Venezuela; la recién negociada ampliación de la base de Alcántara en Brasil; la de Tolhuin en Tierra del Fuego y las múltiples bases-radar en el Atlántico Sur y la Antártida.

Esa aparatosa presencia militar, de frente a la competencia intercapitalista en los múltiples negocios relacionados con los recursos naturales y ;otras esferas de acumulación de capital, claramente ha dado a EU ventajas únicas22. El calificativo de que AL se perfila como el;traspatio estadunidense es correcto, si se tiene en cuenta que sólo es posible con la cooperación de una cúpula oligarca que detenta gran parte del poder en nuestros países y que para “quedar bien” viene montando, incluso con iniciativa propia, nuevas y más provocadoras modalidades de militarización, paramilitarización y contrainsurgencia.

En los territorios ricos en recursos, el ámbito de los geopolíticos se ha justificado en repentinos y supuestos aumentos de las actividades delictivas, especialmente del narcotráfico, y también en y desde la retórica facilona del “desarrollo sustentable”, que se viene prestando como comodín a cualquier acción de las élites capitalistas y que “obliga” a la actuación de las fuerzas militares para garantizar la “conservación” de tales o cuales espacios. El nuevo ordenamiento territorial de Mesoamérica (hecho con fotografías de la National Aeronautics Space Administration;de EU-NASA)23 debe entonces partir de la recuperación de la “ingobernabilidad” sobre bosques y montañas, ya que, según los country managers, bloquea el desarrollo económico y la conservación de ecosistemas. Se trata de una línea de razonamiento poco original, ya que ha sido difundida por el Norte. Por ejemplo, desde la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), su director general, Jacques Diouf, señaló en Johanesburgo que “los conflictos pueden ser el mayor obstáculo que encontremos para lograr nuestro objetivo. Si no hay paz, no es posible reducir la pobreza. Si no hay paz, no podemos garantizar el suministro de alimentos. Si no hay paz, no podemos siquiera pensar en lograr el desarrollo sustentable.”

Los mecanismos empleados son múltiples, desde el formal desalojo y supuesta reubicación de pueblos enteros por parte del ejército, el despeje contrainsurgente, el uso de grupos paramilitares para posicionarse de zonas estratégicas o la fabricación y estimulación de conflictos entre las comunidades indígenas seleccionadas, entre otros. En las perspectivas pueden citarse facilitar el saqueo, privatización y explotación intensiva de los activos materiales, naturales y humanos de la región por parte de multinacionales involucradas en los bionegocios, agronegocios, en el del agua y la electricidad/petróleo, el de la minería u otros, como los proyectos ecoturísticos de multinacionales hoteleras, la mayoría fuertemente promovidos desde el CBM.

Aunque es cierto que lo anterior no es un escenario nuevo para la región, sí lo es el grado de intensidad y creciente apertura con el que está ejecutándose.

Los intentos de apropiarse la zona de los Chimalapas (México) ha pasado de disputas por el tipo de propiedad de la tierra y sus delimitaciones, a la necesidad de desalojar la zona dados los supuestos impactos ecológicos que generan las comunidades locales que, ;según las instancias gubernamentales, son responsables de la propagación de incendios (algo que se ha demostrado, como en el caso de Montes Azules, ha sido fabricado por actores que se verían beneficiados con el desalojo de esas regiones24). La “última oportunidad de los Chimalapas”, una vez “limpia” la zona, sería su conformación como Reserva de la Biosfera (de propiedad federal y ya no comunal/ejidal, que garantizaría a nuevos actores privados el acceso y usufructo de los recursos); al menos así se expresa la ONG estadunidense World Wide Found for Nature, financiada o vinculada al Departamento de Estado de EU, la Usaid y múltiples corporaciones multinacionales25.

En la reserva Montes Azules (Chiapas), otra joya de la corona, insistentemente se expresa la pretensión despejarla, tanto con la misma intentona de los incendios, como por “la” nueva retórica conservacionista que ha llevado a José Campillo (procurador ambiental de México) a decir que “habrá más reubicaciones de asentamientos irregulares establecidos en Montes Azules debido a que continúa la devastación de selvas”26. Llama la atención que entre los actores a la cabeza de tal campaña estén las estadunidenses Conservation Internacional y National Geographics27, la primera con un amplio historial en actividades de biopiratería en esa zona e igualmente financiada por la Usaid y el DdD.

Vinculado a ese saqueo de biodiversidad, también está el del agua. Justamente en la zona de la Cuenca del Usumacinta donde se tiene planeada la construcción de un sistema de al menos cinco hidroeléctricas, los geopolíticos han revelado la necesidad de plantar un fuerte posicionamiento militar desde el eje hidrológico Altamirano-Ocosingo-Chilón que fluye hacia los ríos Lacantún y Usumacinta en la frontera con Guatemala, hasta el eje hidrológico Tulijá-Agua Azul que baja, de sur a norte, de Chilón a Tumbalá-Tila hacia el estado de Tabasco en México28. Ello ha incluido un fortalecimiento de la militarización y paramilitarización de la frontera mexicana, del Petén, y seguramente de las operaciones clandestinas que desde hace mucho realiza la CIA y otras agencias similares, en Guatemala29 y el resto de Latinoamérica.

De igual forma, se unen los “esfuerzos” del Comando Sur. En el Darién, zona de selva tropical con alta concentración de endemismos (especies únicas en el mundo), advirtió el general James Hill, jefe del Comando: “es posible una invasión de narcoterroristas ;(por lo que) Panamá y EU están explorando nuevos mecanismos de apoyo”30. Esos “mecanismos” consideran una segunda fase del Plan Nuevos Horizontes, un operativo estadunidense que comprende “una serie de actividades de asistencia humanitaria y entrenamiento militar en América Latina y el Caribe” y que en Mesoamérica ha irrumpido intensamente en Guatemala.

En Colombia, las actividades geoestratégicas del Plan Colombia giran en torno a los yacimientos más importantes de petróleo. De ahí que sea crucial para EU, por ejemplo, la toma militar y “defensa” del oleoducto de Caño Limón operado por Ecopetrol y su multinacional Occidental Petroleum, mismo que recorre 780 kilómetros desde los campos petroleros en el departamento colombiano de Arauca, cerca de la frontera con Venezuela, hasta el puerto de Coveñas en la costa atlántica31. Es una buena superficie objeto de militarización.

La lista puede continuar para cada país y territorio, aunque con características individuales. El escenario es de evidente subordinación espacial, saqueo y desnacionalización de los activos estratégicos de Mesoamérica y de AL en general, en beneficio de la cúpula empresarial de EU y de sus cambiantes “socios” menores. La geopolítica imperial, solapada por los country managers latinoamericanos, juega un papel central como dispositivo centripetador, donde no sorprende, pero destaca, el doble papel que funge la Usaid: velar por los intereses geoeconómicos y geopolíticos de EU. Se sabe que la Usaid, como se ha indicado, mantiene íntimos vínculos con la Agencia Central de Inteligencia, incluso se ha llegado a calificarla como el brazo internacional de la CIA. Más aún, tiene acuerdos formales de “cooperación” con el Departamento de la Defensa. La Office of Democracy and Governance y la Office of Transition Initiatives trabajan en equipo para diseñar los programas cívico-militares de la Agencia de Cooperación. Según un documento del Center for Democracy and Governance, “la Usaid ha pagado por muchos programas cívico-militares del Gobierno de EU (porque);resulta esencial la coordinación cercana entre los programas del DdD y aquellos provenientes de la Usaid, ya que, sin duda alguna, la necesidad del control civil solamente puede ser fortalecida desde programas que están manejados por agencias civiles32”.

Tal flamante precisión esclarece la lógica operativa que de fondo permea la actuación de la Usaid en AL. El hecho de que una parte importante de los proyectos de conservación del medio ambiente en Mesoamérica provenga de esa agencia, directamente o por medio de ONG que financia (entre otros fondos que destina bajo diversos rubros), es algo que se debe considerar para medir con mayor tino la geopolítica imperial.

Por todo lo anterior, si bien EU tiene el claro objetivo de incidir crecientemente en el acceso, uso y usufructo de recursos naturales, en la explotación de la fuerza de trabajo y en el control civil, hay que recalcar que no se trata de un monolito que se nos viene encima sin salida alguna. Las grietas y contradicciones son igualmente contrastantes. Ante ello, la denuncia de lo que sucede en nuestros territorios, como una herramienta de lucha, viene demostrando que puede obstruir la fluidez de la pax americana, sobre todo porque fomenta la conciencia social y de clase y posibilita una mejor coordinación de los movimientos sociales (a nivel local, nacional, regional y hemisférico). Cada día se avanza en esa dirección y, aunque falta camino por recorrer, las posibilidades para desarticular el sistema y explorar caminos para la construcción de otra historia, en nuestro caso, de y para AL, son prometedoras a medida que los pueblos colectivamente pelean por un objetivo común.



1;Espacio geográfico se entiende aquí como una fuerza productiva estratégica que no solamente incluye el espacio geográfico per se, sino también la totalidad del espacio social a analizar. El espacio geográfico contiene los territorios, mismos que con dimensiones espaciales relativamente pequeñas, comprenden características naturales, económicas y político-sociales similares entre sí, pero que pueden conformar solamente uno de los diversos escenarios que forman el espacio geográfico.

2 Para una indagación sobre macro y microblanqueo, véase: John Saxe-Fernández, Proyecciones Hemisféricas de la Pax Americana. Amorrortu. Argentina, 1975.

3 Consúltese en: Saxe-Fernández, Petras, Veltmeyer y Nuñez. Globalización, Imperialismo y Clase Social. Lumen-Hvmanitas. Argentina, 2001.

4 Saxe-Fernánde, John. La Compra-Venta de México. Plaza y Janes. México, 2002: 45.

5 Véase: Delgado-Ramos, Gian Carlo. La Amenaza Biológica. Plaza y Janes. México, 2002.

6 Saxe Fernández et al, 2001. Op Cit.

7 Saxe-Fernández John. “La presidencia imperial en Monterrey”. La Jornada. México, 21 de marzo de 2002.

8 Saxe-Fernández, 2002: 68.

9 Presidencia de la República. Documento Base del PPP. México, marzo de 2001: 5. Las cursivas y subrayado son míos.

10 Delgado-Ramos, 2002. Op cit. Respecto al negocio del agua, consúltese: Delgado-Ramos, Gian Carlo. “Privatización del Agua dulce Mesoamericana”. Nueva Sociedad. No. 183. Venezuela, 2003.

11 Véase: Correo Ilustrado. “Responde investigador a director de proyecto corredor biológico. La Jornada. 16 de diciembre de 2001. Enciso, Angélica. “Con patrocinios el BM busca controlar 34 áreas naturales protegidas de México.” La Jornada. 26 de enero de 2002.

12 Término ideado en 1993 por Pat Money. Se refiere a la utilización de los sistemas de propiedad intelectual para legitimizar la propiedad y el control exclusivos de conocimientos y recursos biológicos sin reconocimiento, recompensa o protección de las contribuciones de las comunidades indígenas y campesinas. En tal sentido, indica Mooney, la bioprospección no se puede ver más que como biopiratería.

13 Galán José (enviado). “Concretan México y Centro América corredor biológico mesoamericano”. La Jornada. 28 de febrero de 2003.

14 BM. Mesoamerican Biological Corridor Project. Reporte No. 23132- ME. Washington, D.C 2000.

15 Aproximadamente 3,762 provienen del BID -3,670 de inversión y 92 de cooperación técnica- y 1,667 del BM -1,645 y 22 millones respectivamente- Lo anterior, no incluye los proyectos ejecutados por otras agencias y ONG internacionales por alrededor de 361 mdd más. (BM/BID. El corredor biológico mesoamericano como un eje de desarrollo sostenible para la región. Taller Manejo Sostenible de Recursos Naturales a Nivel Regional. Madrid: 3)

16 Me refiero a la elite de poder que actúa funcionalmente a los intereses de EUA, conformándose con las “moronas del pastel”. En tal sentido, sigo la sugerencia del ex-presidente tico, Rodrigo Carazo, quien califico a los presidentes centroamericanos como “country managers del Banco Mundial”.

17 Gómez MENA, Carolina (enviada) “Queremos un corredor de empresas campesinas, no de maquiladoras, señala indígena a Lichtinger”. La Jornada. México. 4 de marzo de 2003.

18 DdE. “Colombia y Estados Unidos firman convenios Plan Colombia”. 26 de septiembre de 2000. Las cursivas son mías.

19 IUCN. Minería en el Trópico: el caso de Centroamérica. San José, Costa Rica, 1999: 26

20 Se trata de uno de los nueve comandos que operan a nivel mundial para asegurar los intereses de EUA. Cubre 32 países (19 en Centro y Sudamérica y 12 en el Caribe), lo que representa cerca de una sexta parte de la masa terrestre Véase mapa en: http://www.southcom.mil/pa/idxfacts.htm

21 Myers N. Y. “Treathened Biotas: hotspots in tropical forests.” The Environmentalist 8(3). EUA, 1988.

22 Delgado-Ramos, Gian Carlo. Anteproyecto de Investigación “Geoeconomía y Geopolítica de la Biodiversidad en AL”. Programa de Investigación sobre Política y Geopolítica de la Ecología en AL y el Caribe. Clacso, noviembre de 2001.

23 Nasa/Ccad. Memorandum of understanding between The National Aeronautics and Space Administration of the United States of America and the Central American Commission on the Environment and Development of a Mesoamerican Biological Corridor. Washington D.C., EUA. 1998.

24 Barreda Marín, Andrés. “Mentir y olvidar no ayuda a conservar Montes Azules”. La Jornada. 25 de mayo de 2000. Para una indagación extensa véase: Barreda, Atlas Geoeconómico y Geopolítico de Chiapas. Tesis Doctoral. Unam, 1999.

25 Véase: Semarnat-WWF. Chimalapas: la última oportunidad. Oaxaca, México, 2001.

26;Jornada, La. “Seguirán los desalojos en Montes Azules.” 20 de febrero de 2003.

27 Bellinghausen, Hermann. “EU, organismos mundiales y transnacionales quieren limpiar de indígenas Montes Azules”. La Jornada. 25 de marzo de 2002.

28 Revise el interesante texto de CEARR. La secesión pos Panamá del codiciado sur-sureste mexicano y Chiapas como núcleo innegociable. Istmo de Chiapas, México. 9 de septiembre de 2002.

29 Consúltese: Immerman, Richard. The CIA in Guatemala. Texas Panamerican Papers. EUA, 1982.

30 Reyes Nuñez, Álvaro. “El general Hill propone segunda fase de “Nuevos Horizontes” en Darien. La Prensa. Panamá. 11 de marzo de 2003.

31 Véase: DdE. “La Destrucción de los Oleoductos”. http://usinfo.state.gov/espanol/andes/homepage.htm

32 Center for Democracy and Governance. Civil-military Relations: USAID´s Role. Washington, D.C. Julio de 1998.

17.5.03

DESARROLLO TECNOLÓGICO Y ORÍGENES DE LA CÚPULA EMPRESARIAL AGRÍCOLA

Gian Carlo Delgado Ramos
El Catoblepas. Revista Crítica del Presente. No. 15. España, mayo de 2003.
http://www.nodulo.org/ec/2003/n015p10.htm



También publicado en:
Hispani
a Nova. No. 3. España, 2003.




Resumen:

Al revisar la historia del desarrollo tecnológico en la agricultura "moderna", llama la atención, aunque no sorprende, que los principales actores involucrados en dicho proceso se coloquen hoy en día a la cabeza de las cúpulas empresariales a cargo del negocio agrícola (semillero, agroquímico, de alimentos, etcétera). Tal indagación histórica, permite dar cuenta de cómo se fueron constituyendo y afianzando las estructuras sociales que impondrían la lógica capitalista de producción agrícola, desde la cual se impulsaría crecientemente una mayor productividad y explotación de la clase agrícola trabajadora y del medio ambiente.

Palabras clave: Desarrollo tecnológico, historia de la tecnología, agricultura, revolución verde, OGM.


INTRODUCCIÓN

Este breve texto, busca explorar la génesis, composición y evolución del empresariado agrícola moderno, propio del sistema capitalista de producción. No se pretende inspeccionar las características particulares de las tecnologías desarrolladas. Más bien, siguiendo la sugerencia de Kranzberg y Pursell acerca de que, "…las historias de la tecnología existentes, típicamente han omitido las interrelaciones culturales, económicas, sociales, entre otras"[1]; el propósito de este ensayo es dar cuenta de cómo en la historia moderna, las cúpulas de poder/empresariales -en este caso entorno al campo- se han ido "acomodando", entre otros mecanismos, mediante el desarrollo de innovaciones tecnológicas protegidas por un sistema de patentes que nace para favorecer sus intereses (privados). Lo anterior nos sirve para entender y revelar responsables -históricos- a cerca del contexto actual sobre la profunda crisis del campo periférico y de la producción tradicional en general; de la creciente pérdida de la soberanía alimentaría de los Estados-nación del Sur y del derecho al alimento del grueso de la población mundial; de la intensificación de la explotación de las clases trabajadoras[2]; así como de la escasa conservación genuina del entorno natural agrícola (fertilidad de los suelos-erosión, contaminación de aguas superficiales y mantos freáticos, exterminio de especies silvestres, etcétera).


DESARROLLO TECNOLÓGICO Y ORÍGENES DEL EMPRESARIO AGRÍCOLA

Una vez establecida la estructura social capitalista de terratenientes, arrendatarios y trabajadores asalariados; los primeros aseguraron para sí una jugosa tenencia de la tierra. Los segundos o los "nuevos" capitalistas agrícolas (a los que luego se les unirían los primeros) se encargaron de introducir innovaciones tecnológicas que hicieran más productivo su "negocio", siguiendo así las pautas que caracterizaron la inauguración de la modernidad[3]. Los últimos, los asalariados, se han mantenido desde entonces en esa misma posición, aunque cada vez más se agudice su crítica situación, independientemente de los ciclos económicos de auge y depresión. En este escenario, los encontrados intereses de los nuevos capitalistas agrícolas, como sucedió en el ámbito industrial, los hizo adictos a un desarrollo tecnológico constante que les diera ventajas sobre el resto de sus competidores. En un principio, la tecnología se la apropiaban tales capitalistas o aquellos que podían perfilarse como tales, pero luego, ya más consolidado el negocio agrícola y con la apertura de mercados internacionales, los capitalistas agrícolas comenzaron a pagar por un particular desarrollo de la misma, plasmando en ésta sus intereses, contradicciones y correlaciones de poder. De ahí que la historia del desarrollo de la tecnología agrícola esté íntimamente entrelazada con la de la clase capitalista.

Aunque es cierto que el desarrollo tecnológico agrícola no es particular al capitalismo (como se puede identificar en las invaluables prácticas "precapitalistas" todavía existentes en las comunidades campesinas e indígenas de Latinoamérica y otras partes del mundo), sí lo es la lógica que lo impulsa, su forma y ritmo. Como se puede leer en el texto de Fussell, La Revolución Agrícola de 1600 a 1850, el concepto de revolución tecnológica en la práctica agrícola, "…ha llegado a ser aceptado como descripción de un prolongado periodo de la historia moderna"[4] Ese periodo, como parte de la propia historia del sistema capitalista de producción, se inaugura con un proceso lento de reconfiguración de las técnicas de producción agrícola tradicionales. Luego pasa aceleradamente a unas y otras cada vez más funcionales y totalizadoras. De hecho, indica Fussell, el ritmo de mejoras de 1600 a 1850 fue al menos cinco veces más lento que el conseguido durante la primera mitad del siglo XX[5].

Inicialmente se pasó de la producción a campo abierto a campos cercados, se mejoraron los útiles de labranza, y se introdujeron nuevos cultivos para volver más productiva la tierra (caso de la alfalfa, del trébol, nabos, etcétera). El nuevo esquema de producción formalmente subsumido se centró en las forrajeras y las raíces. Éstas, escribe Fussell, "…fueron el pivote alrededor del cual giró la Revolución Agraria. Cuanto mayor y más seguro el suministro de las mismas, mayor también la cantidad de ganado que cabía mantener, y estos animales producían a su vez unos abonos más abundantes y mejores que permitían fertilizar satisfactoriamente la tierra arable…Además, el cultivo de raíces y hierbas alternativamente con cereales, en una rotación de cuatro etapas o alguna modificación de la misma, incrementó el total de las áreas cultivables; y una labor de arado y cultivo más profunda (azadonado y escarbado) entre las hileras de raíces se combinó con las reacciones químicas de las plantas leguminosas para conferir una mayor productividad al suelo."[6] Tal esquema productivamente exitoso, como puntualiza Fussell, solamente se consolidó hasta que los nuevos capitalistas agrícolas la impulsaron, "…alcanzando su auge en el periodo del high farming, entre 1840 y 1880"[7].

Una vez consolidado ese requerimiento formal que estableció una lógica peculiar a la producción, el medio agrario estaba en condiciones para ser reconfigurado en su esencia: desde la innovación tecnológica. La meta entonces era el productivismo por el productivismo; o en otras palabras, comenzaba la subsunción real de la producción agrícola. Así, aparece el arado con vertedera y reja de hierro (en 1785 y 1803 se otorgaron las respectivas patentes a Robert Ransome, fundador de la Ransomes Company[8] , ahora fusionada, una parte a Electrolux -Suecia-, y otra parte con Textron Inc. de EUA). Igualmente surge la sembradora de Jethro Tull (abogado formado en Oxford y próspero granjero que promovió el sistema Norfolk[9] ); la cosechadora de Bell (1820-1830) o de McCormick (1834); los primeros conceptos básicos para un vehículo de tracción basado en la máquina de vapor que llevarían al uso extendido de su uso en tractores y que más tarde (1889) serían reconvertidos con la introducción del motor de combustión interna (caso del primer tractor a gasolina L. F. Burger, que operaba una trilladora); etcétera.

La modernización formal y real del agro en Gran Bretaña, como se puede leer en Fussell, fue: "…continua, y tal vez intensificada, bajo el estímulo de las guerras y frenada hasta cierto punto por depresiones de posguerra; sin embargo, la revolución conoció la expansión hasta la aparición de competencias ultramarinas en materia de alimentos…en las décadas de 1870 y 1880."[10] Los principales elementos de la Revolución Agrícola en ese país, sintetiza Fusell, "…fueron la introducción de nuevos cultivos forrajeros en terreno arable y en una rotación cuádruple en los campos cercados que habían sustituido las grandes extensiones de los campos abiertos…Se prepararon prados irrigados, se construyeron nuevas máquinas -sembradora, trilladora, aventadora, desbrozadora, así como arados perfeccionados, giratorios y de ruedas, para uno o dos surcos y con doble reja- y se proyectaron diferentes tipos de azada, de grada, de escarificador y de cultivador."[11]

Sin embargo, en términos sociales, ¿Cuál fue el resultado de tal proeza tecnológica? Fusell puntualiza que, "…a finales del siglo XVIII, la triple organización de la población rural en terratenientes, arrendatarios y trabajadores se había convertido, en general, en la condición normal de la sociedad rural."[12] Nótese, que se trata de la configuración agraria que Marx da cuenta en torno a su discusión sobre la constitución original de la tenencia de la tierra moderna en la que señala que los verdaderos agricultores son asalariados, ocupados por un arrendatario-capitalista, el cual paga al terrateniente (propietario de la tierra que robo[13] y que explota en fechas determinadas) una cantidad de dinero fijada por contrato. La renta de la tierra, indica Marx, presupone la propiedad de determinados individuos sobre determinadas porciones del planeta, en donde la renta es la forma en la cual se realiza económicamente la propiedad privada de la tierra, la forma en la cual se valoriza[14].

Corroborando esta línea de análisis, Fusell suscribe que, "…la Revolución Agrícola produjo una cantidad de alimentos mucho mayor, pero también era mayor el número de quienes los consumían, en gran cantidad personas que trabajaban en las industrias. Sin embargo, para la gran mayoría de la población los nuevos procesos y los nuevos suministros nada hicieron, pues los pobres siguieron sumidos en la mayor pobreza a pesar de la reconfortante creencia en una elevación general del nivel de vida. Para los grandes terratenientes y hacendados que adoptaron el sistema moderno hubo, en cambio, sustanciosos beneficios. [15];

Así, para garantizar la propiedad privada sobre esos beneficios, fue necesario que paralelamente se consolidase un sistema de patentes efectivo y funcional. Cardwell escribe respecto a la temática que, "…en el siglo XVII los centros más activos de la innovación tecnológica se encontraban en Europa occidental…Las patentes en Inglaterra del siglo XVI eran en su mayoría monopolios, [pero]…la Ley de Monopolios de 1964 acabó con muchos de los abusos más flagrantes del sistema, al tiempo que preservaba la práctica de conceder al inventor…cartas de patente para salvaguardar el monopolio…inicialmente por veintiún años. La ley no eliminó todos los abusos…pero las leyes fueron aquilatándose y mejorando progresivamente a lo largo de los siglos siguientes. Tras el Acta de Unión se extendieron a Escocia en 1707; y en 1790, la naciente república de los Estados Unidos de América instituyó sus propias leyes de patentes inspirado en la Ley de Monopolios inglesa"[16]. Las innovaciones de la Revolución Agrícola -con sus respectivas patentes-, añade el autor, "…abrieron el camino que había de conducir al gran desarrollo de la producción alimentaría en tierras que, como las de América y Australia, no quedarían totalmente exploradas hasta el siglo XIX"[17].


NACIMIENTO DE LA CÚPULA EMPRESARIAL AGRÍCOLA ESTADOUNIDENSE

Hacia el productivismo del siglo XX

Considerando el panorama anterior y moviéndonos al otro lado del Atlántico, se puede entender la lógica que de fondo estimuló el desarrollo tecnológico agrícola en la segunda mitad del siglo XIX en EUA. El caso es interesante, sobre todo porque nace siendo un país capitalista, de conformación reciente y con fuertes intereses empresariales arraigados a la cúpula de poder nacional (Washington era el hombre más rico, John Hancock era un pudiente comerciante, Benjamín Franklin un impresor acomodado, etcétera[18]).

Según Howard Zinn, ante la necesidad empresarial de irse posesionando del oeste, se le abrió paso a la creciente población blanca, exterminando a la población nativa e intensificando la construcción de carreteras, canales, ferrocarriles y, también del telégrafo. Paralelamente, "…las granjas se estaban mecanizando…había arados de acero, cortacéspedes, segadoras, cosechadoras, mejores desmontadoras para separar la fibra de la semilla y, a finales de siglo, segadoras y trilladoras gigantes que cortaban el grano, lo trillaban y lo metían en sacos."[19] En 1850, tan sólo la compañía John Deere fabricaba 10 mil arados al año. Cyrus McCormick construía mil segadoras mecánicas anuales en su fábrica de Chicago. Un hombre provisto de hoz podía segar medio acre de trigo en un día. Con una segadora mecánica podía cosechar diez acres."[20] Como consecuencia, datos de Zinn indican que, entre 1860 a 1900 (momento de plena expansión territorial hacia el oeste), el número de granjas aumentó de 2 a 6 millones[21].

Al parecer, y desde el punto de vista productivista, todo pintaba muy bien, pero, si algo ha caracterizado al capitalismo es que "no todo pinta muy bien para todos". Zinn aclara esta situación contundentemente: "…la tierra y la maquinaria costaban dinero, así que los granjeros tenían que pedirlo prestado, confiando en que el precio de sus cosechas se mantuviese alto…Los granjeros que no podían pagar vieron cómo les embargaban sus casas y sus tierras. Se convirtieron en arrendatarios. En 1880, el 25% de las granjas estaban alquiladas por arrendatarios y el número iba en aumento. Muchos ni siquiera disponían del dinero para el alquiler y pasaban a ser peones. En 1900, ya había en el país 4 millones de peones [el 5.5% de la población total del país][22].

Así, mientras se proletarizaba a los granjeros y se concentraba la tierra en unos cuantos terratenientes, los empresarios agrícolas (en principio terratenientes o vinculados a éstos), se comprometían profundamente con la innovación tecnológica que les permitiese acumular más riqueza; un empeño que se profundizaría en el siglo XX (véase más adelante). El propósito poco altruista y por demás enfocado al beneficio privado de la clase capitalista agrícola estadounidense, fue fructífero. La historia lo corrobora. EUA es actualmente considerado como el granero del mundo gracias a su agroindustria, solamente posible por los "esfuerzos" del mencionado grupo empresarial. Por dar un ejemplo con los actores antes mencionados, hoy en día John Deere es una multinacional de todo tipo de maquinaría agrícola, forestal y para jardín. Opera en 160 países y sus ventas ascendieron en el 2002 a 13,900 millones de dólares (mdd). La Cyrus McCormick (después conocida como la International Harvester Company al fusionarse, bajo la tutela de J.P. Morgan, con sus mayores competidores, la Deering Harvester Company, Plano Harvester Co, Warder, Bushnell & Glessner Co, y Milwaukee Harvester Company) se convirtió en una empresa de dimensiones importantes. En 1924 se asoció con Ford para fabricar el Farmall, un tractor con visibilidad cercana al cultivo. Comprada por J. I. Case Company en 1985, hoy es filial de la multinacional CNH (la primera fabricante del mundo de cosechadoras y tractores agrícolas y la tercera productora de equipos para la construcción). Sus ventas del 2000 fueron de 9,700 mdd.

Y a todo esto, ¿qué trajo el desarrollo tecnológico agrícola en el siglo XX?

Fitzgerald[23],hace un interesante recuento de ese proceso en EUA. La autora indica que la investigación agrícola estaba atada desde 1862 al Gobierno Federal. Los candados eran la Hatch Act (para la creación y diseminación del conocimiento agrícola) y la Adams Act (para proveer de mayor financiamiento a la investigación científica) que terminaron por dejar en manos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA -por sus siglas en inglés) o las estaciones de experimentación estatales, casi la totalidad de la investigación y/o su financiamiento[24]. En sí, lo que se hizo fue la colección de material genético (raw material) y de información como punto de partida y sustento para el mejoramiento de semillas (hibridación) y el desarrollo de agroquímicos. Sin embargo, el peculiar rumbo que tomaron las investigaciones del USDA sólo se explica en base a que, "…particularmente en los estados rurales, los granjeros prósperos tenían una gran influencia con legisladores, [por lo que] los proyectos de investigación eran frecuentemente enfocados hacia sus intereses, en lugar de los de pequeños granjeros, o, al avance de teorías científicas generales…[El resultado fue que]…conforme avanzó el siglo XX, los científicos se vieron orillados a buscar financiamiento más allá del Estado…aceptando financiamiento de la esfera empresarial."[25] Las transferencias de conocimiento, tecnologías y científicos del sector público al privado, no se hicieron esperar. De hecho, los vínculos que hasta la fecha mantiene la USDA con el sector empresarial de ese país son tan fuertes que juega el papel de vocero sobre los intereses empresariales agrícolas en la esfera política del país. Es tan evidente esa simbiosis Estado/empresa, tan "natural" en la historiografía de EUA, que el gobierno de Ronald Reagan, colocó al ejecutivo de su multinacional semillera, Cargill, como jefe negociador en la Ronda de Uruguay del GATT (ahora Organización Mundial del Comercio) en lo referente a cuestiones de agricultura.

Considerando lo anterior, las palabras de Fitzgerald resultan apropiadas: "…En 1900 los actores en la ciencia agrícola eran los granjeros que proveían de material genético, y lo que era, en efecto, espacio de laboratorio (los sembradíos de campo e invernaderos)…Los empresarios se habían convertido en grandes jugadores de los negocios agrícolas. En general, la mayoría de transiciones de este tipo ocurrieron entre 1920 y 1960…[Como consecuencia]…el expansivo rol de los actores corporativos ha llevado a una creciente mentalidad industrial en la agricultura, evidenciado en los más notables esfuerzos por convertir las simples prácticas de los granjeros en sistemas de producción, esto es, en sistemas que son similares a la dinámica industrial fabril en donde los materiales y los procesos son especializados, automatizados e integrados. En algunos casos esto se consolidó en una integración vertical; uno piensa aquí en corporaciones semilleras como Pillsbury, que contrató a cerealeros en el medio oeste de EUA, o en productores del oeste de fruta y vegetales que controlaban el proceso, desde la siembra hasta su enlatado. En otros casos se ligó a…compañías como Pioneer Hybrids o Funk Brothers Seed Company."[26]

Se trata pues, de toda una lógica que ha permitido colocar al cada vez más selecto empresariado agrícola, a la cabeza del negocio. No es casualidad que los ejemplos corporativos de Fitzgerald sean actualmente parte de gigantes empresariales que se colocan en las primeras posiciones a nivel mundial. Mientras Pioneer fue absorbida por DuPont -EUA- (primera semillera, segunda química y quinta agroquímica del planeta); Funk Brothers pasó a ser parte de Ciba-Geigy, la que después, en 1996, se fusionaría con Sandoz, y ésta a su vez con Novartis (recientemente integrada con Zeneca bajo la denominación de Syngenta, es la tercera semillera y primera agroquímica del orbe con sede en Suiza)[27].

Dichos actores empresariales comenzaron a experimentar bajo la tutela de la USDA o en íntima vinculación, en la "mejora" de semillas y en el desarrollo de agroquímicos (resultado de la reconversión de la industria química que, durante la Segunda Guerra Mundial se había enfocado casi exclusivamente a la producción de armas químicas -caso espectacular de Monsanto, inventora del agente naranja, entre muchos otros-)[28]. El resultado fue la selección, hibridación y, como última novedad (desde fines de la década de 1970 a la fecha), el diseño genético de las mismas[29].

La promoción de semillas híbridas o mejoradas (pero no diseñadas genéticamente o transgénicas), supuestamente más productivas, se hizo no sólo desde la esfera empresarial que las desarrollaba, sino también desde el gobierno de EUA y sus múltiples agencias, entre las que obviamente destaca el USDA. Rompiendo con la tradición de guardar las semillas de un ciclo productivo a otro, se difundió el uso de tales semillas, ahora adquiridas por los granjeros cada ciclo productivo. El "logro": "…para 1940 la mayoría de los granjeros o campesinos de EUA habían cambiado a semillas híbridas de maíz".[30]

En semejante encadenamiento de eventos, EUA impulsó, en alianza particularmente marcada con el Banco Mundial (BM), lo que se le conoce como Revolución Verde (RV). Aunque de fondo se trataba de darle impulso a su empresariado semillero y agroquímico ya fuertemente consolidado, la RV se vendió bajo la idea de "ayudar al Sur en sus problemas agrícolas"; casualmente a través de la difusión de semillas mejoradas o HYVs -high yielding varieties-, mismas que requerían, "para un mejor resultado", el uso de agroquímicos que desarrollaban sus mismas multinacionales o filiales. El desenlace de la RV ha sido la degradación y contaminación de los suelos (a causa del uso masivo de agroquímicos); la pérdida de la diversidad genética de las especies cultivadas (como resultado de la homogenización de la variedad genética de las semillas al estandarizarse el uso de las HYV); entre otras consecuencias de carácter ecológico, sin mencionar las de orden social.

Llama la atención que ya desde los sesentas del siglo pasado, Carson corroborara que "…nos han dicho que el enorme uso de los plaguicidas es necesario para mantener la producción agrícola. Pero nuestro problema real ¿no es de superproducción? Nuestras granjas…han rendido tan asombroso exceso de cosechas, que el contribuyente norteamericano pagó en 1962 más de un millar de millones de dólares para sostener el costo del programa de almacenaje del excedente de alimentos."[31] No sorprende entonces que hasta la fecha EUA tenga un programa permanente de financiamiento para incrementar la capacidad de almacenaje de alimentos (el Farm Storage Facility Loan Program), que para finales de 2001 alcanzó una capacidad de los 8.42 millardos de bushels (229, 153, 668 toneladas)[32].

El desarrollo tecnológico impulsado por la cúpula empresarial agrícola no se detiene ahí. El hecho de que en la práctica no hay nada que detenga a los granjeros de usar semillas mejoradas y luego guardar algunas de segunda generación para el siguiente ciclo, obligó a desarrollar variedades híbridas que perdieran rápidamente sus cualidades "positivas" de una generación a otra. Bajo este rumbo tecnológico, la fantasía de controlar biológicamente el negocio agrícola lo trajo el avance de la biotecnología. El desarrollo de semillas genéticamente modificadas (OGMs) abrió las puertas para el diseño de semillas estériles; de procesos regulables (como de germinación, floreo, etc) mediante agroquímicos o "aditivos" que la misma multinacional produce; entre otras características con gran potencial comercial como lo son el retraso del periodo de maduración del "producto", niveles más altos o más bajos de agua, aceite, fibra, etcétera[33]. Los OGMs, aunque controvertidos por la incertidumbre y los riesgos que conlleva su uso (tanto en términos económico-sociales, ambientales y de salud), hasta el 2002, su avance llegaba al 16% del total del área mundial, plantada con cuatro especies básicas (58% de soja, 12% de maíz, 12% de algodón y 7% de canola). Las 1370 patentes registradas hasta finales de 1998, según datos de la US Patent and Trademark Office, correspondían a 30 solicitantes. De éstas, 74% correspondían a 6 multinacionales: Monsanto/Pharmacia (287), Dupont (279), Syngenta (173), Dow-Cargill (157), Aventis (77) y Grupo Pulsar (38).

Según Wood Mackenzie, analista de la industria, estima que en 1999 Monsanto/Pharmacia (EUA) acaparó el 80% de todas las ganancias del mercado de agrobiotecnología, mientras que Aventis (Francia) obtuvo 7%, Syngenta (Suiza) 5%, BASF (Alemania) 5% y Dupont (EUA) 3%. A dichas ganancias habría que agregarle las generadas por la venta de semillas mejoradas (híbridos), donde se colocaría en el primer renglón DuPont seguida por Monsanto/Pharmacia y Syngenta[34].

Como puede verse, el negocio de las multinacionales está tanto en un lado del Atlántico, como en el otro, lo que indica que en el siglo XX, Europa vivió procesos de consolidación y concentración de la cúpula empresarial agrícola, relativamente similares a los estadounidenses. Claro está que las raíces añejas de terratenientes y, en su entonces, nacientes capitalistas agrícolas, su cruzamiento de intereses, camaradería, competencia y contradicciones, resultan mucho más intrincadas en el viejo continente, lo que le da peculiares características que en una revisión tan general como la presente se pierden de vista.

La evolución del sistema capitalista de producción agrícola, de sus correspondientes estructuras sociales y de la obligada y constante competencia intercapitalista entre los "viejos" y algunos "nuevos" actores (rápidamente absorbidos por los primeros), ha forzado el desarrollo de tecnologías más efectivas para controlar y garantizar el negocio privado del agro. Ello redefine y reacomoda la posición de los actores involucrados, al tiempo que se fortalecen y/o se establecen nuevas relaciones de poder. Mientras, del otro lado de la moneda, el agricultor dramáticamente viene perdiendo constantemente funciones. La ruralidad se convierte en espacio del agrobusiness, ahora basado ya no sólo en la mecanización; sino también en los agroquímicos, la informática, los sistemas de riego de última generación, la integración vertical de cadenas agroalimentarias y las últimas innovaciones biotecnológicas. Es un escenario en el que llama la atención el pronunciamiento de Richard Oliver, CEO de DuPont cuando, con amnesia histórica nos informa que las innovaciones biotecnológicas (OGMs y demás) se perfilan como la segunda revolución verde; una revolución tecnológica, agrega Oliver, en la que, "…la carrera entre las multinacionales bioagrícolas no es solamente una carrera económica, sino más bien una carrera por la vida."[35]


CONSIDERACIONES FINALES

En base a la presente reflexión sobre el desarrollo tecnológico, se puede decir, sin temor a equivocarse, que el hilo conductor de ese proceso ha sido fundamentalmente el interés privado de la cúpula empresarial agrícola. En tal sentido, podría apresuradamente asumirse, que toda esa tecnología expoliadora del medio social y natural del agro es mala. Por ello, es central aclarar, como Kranzberg indica, que "la tecnología no es buena, ni mala; más bien es neutral". Pero lo anterior debe entenderse, retomando las palabras de Veraza, como el hecho de que, "…los objetos resultantes del desarrollo tecnológico o valores de uso no contienen un telos, una finalidad o un sentido inmanente, por lo que sus formas orgánicas son objetivamente teleológicas (adecuadas a fines vitales), de suerte que la finalidad de las fuerzas productivas sociales inmanentemente es humana y sirven para el desarrollo universal de la humanidad en tanto que sirven para la satisfacción de necesidades[36]".

Kranzberg señala, entre otra de sus leyes[37] , que "la tecnología es una actividad humana, y por lo tanto también lo es la historia de la tecnología". De ello se puede derivar que la esencia de ese proceso humano en-activo, de transformación de la naturaleza, queda impregnada de la lógica del sistema de producción que se trate; de la finalidad para la que es desarrollada. Lo anterior explica por ejemplo, el por qué se ha optado por el desarrollo de OGMs con características que favorecen en primer lugar a la industria semillera y procesadora de alimentos; y no por la investigación y propagación de tecnologías agroecológicas complejas, u otras ambiental y socialmente armónicas[38].

Desde la perspectiva social, es claro que lo privado se antepone a lo colectivo, por lo el mercado como mecanismo capitalista "socializador" de la producción, viene ensanchando la brecha entre pobres y ricos, y agudizado el exterminio por inanición de aquellos clasificados en la "extrema pobreza". Ante tan impresionante y particular desarrollo tecnológico, con los alimentos pudriéndose en las bodegas -si así indica el mercado a la clase empresarial agrícola que es la mejor opción-, las estructuras sociales modernas, no son otra cosa que la configuración de una verdadera guerra de clases, donde lo que está en juego es el alimento y por lo tanto la existencia de una buena parte del sujeto social del orbe; no se diga la del medio ambiente. Si "toda la historia es relevante, pero la historia de la tecnología lo es aún más", como dice Kranzberg; eso es prominente, en la medida en que, si bien no todas las versiones de la tecnología desarrollada y controlada por el capital son apropiadas para ser usadas por la revolución social (que debe incluir la conservación del medio ambiente), tampoco lo son todas rechazables.

Por lo aquí expuesto, considero pues, que identificar e indagar en la historia de la cúpula empresarial en relación al papel que juega en el desarrollo los medios de producción, es fundamental para pensar seriamente en cualquier alternativa económica, social y ambientalmente mejor.


Notas

[1] Stine y Tarr. "At the intersection of histories". Technology and Culture. The Society for the History of Technology. Vol. 39. No. 4. EUA, 1998: 610.
[2] Dumas suscribe que, "…la moderna producción industrial está determinada por la aparición de estructuras de sociales". Desde luego, crecientemente explotadas por las clases que han acaparado los medios de producción y, que por lo tanto, detentan un poder. (Véase Dumas, Maurice. Histoire Générale des Techniques. Presses Universitaires de France, 1968)
[3] Aunque Rousseau es el primero en usa la palabra modernista en el sentido en el que se usará en los siglos XIX y XX, no es hasta principios de esa época, cuando Marx señala que el mundo moderno , contexto en el que vivimos y que nace con el capitalismo, surge de la expropiación de los medios de producción, separando a éstos del trabajador.
[4] Fusell, G.E. "La Revolución Agrícola, 1600-1850" en Kranzberg y Pursell. Historia de la Tecnología: la técnica en Occidente de la Prehístoria a 1900. Vol. Primero.Gustavo Gili. España. Pp. 147.
[5] Ibid. 147.
[6] Ibid. 149.
[7] Ibid: 152.
[8] La Ransomes Company (Inglaterra) se dedicó a la producción de arados de hierro y otras herramientas para la agricultura. A la rápida expansión de la empresa, gracias a las patentes que monopolizaba, le siguió la depresión de principios del siglo XIX lo que la llevó a diversificarse en construcción de puentes (en los años de 1820), cegadoras (1839), molinos, partes de trenes como sillas, cinturones, etcétera (de 1840 a 1869 cuando esa división de la empresa se separó bajo el nombre de Ransome and Rapier), e incluso, en las primeras instalaciones de gas doméstico. Para 1849 la compañía ya contaba con más de 1000 empleados registrados. En el mismo periodo experimento la producción de máquinas de vapor, exhibiendo una maquina de vapor portátil en la Royal Agricultural Society en 1841 y el año siguiente un prototipo de automovimiento. Fabricó la primera máquina de tracción en la década de 1860. A partir de entonces se convirtió en una de las principales productoras de maquinas de vapor portátiles, estacionarias y de tracción; exportando el grueso de su producción a países como Rusia, Australia y Sudamérica. Entre 1920 y 1930 la compañía se dedicó a la producción de camiones eléctricos y a un innovador tractor de pequeñas dimensiones, mismo que tuvo un fuerte éxito hasta 1965. Durante la Segunda Guerra Mundial, Ransomes manufacturó armas y aviones. En 1954 comenzó a producir cosechadoras. En 1989 la división completa de accesorios agrícolas fue vendido a Electrolux (Suecia), fusionándose con su subsidiaria Overum (las ventas actuales del Grupo Electrolux son mayores a los 14 mil mdd). Ransomes se enfocó entonces a la producción de cegadoras. Para 1998 Textron Inc., una multinacional estadounidense con ventas de más de 11 mil mdd, absorbió lo que quedaba de Ransomes.
[9] Alude al sistema de rotación de cuatro etapas. Fue popularizado por Turnip Townshend y Thomas Coke quienes lo introdujeron en las granjas de Norfolk, de ahí su nombre.
[10] Ibid: 157.
[11] Ibidem.
[12] Ibid: 161.
[13] Citando a Marx en sus Manuscritos del ´44: "El derecho del terrateniente se deriva, en sus orígenes, del robo (Say, t. I. Pág. 136)....y exigen una renta incluso por el producto natural de la tierra (Smith, t. I, pág. 100)". (Marx, Karl. "La Renta de la Tierra". Manuscritos económico-filosóficos de 1844. En Marx y Engels, MARX, escritos de Juventud. FCE. Pág. 583. Primera edición. México, 1982.)
[14] Marx, Karl. El Capital. Tomo III. Vol. 8. Libro Tercero. Capítulo XXXVII, "La transformación de la Plusganancia en renta de la tierra" . Pág. 815. Siglo XXI. Tercera edición en español. México, 1984.
[15] Fusell, Op cit: 161.
[16] Cardwell, Donald. Historia de la Tecnología. Alianza Editorial: 113-114.
[17] Ibidem.
[18] Zinn, Howard. La otra historia de los Estados Unidos. Las otras Voces. 1999: 78.
[19] Ibid: 252.
[20] Ibid: 192.
[21] Ibid. 252.
[22] Ibid. 253.
[23] Fitzgerald, Deborah. "Mastering Nature and Yeoman: agricultural science in the twentieth century". En Krige y Pestre. Science in the Twentieth Century. Capítulo 36. Harwood Academic Publishers. Francia.
[24] Ibid: 702.
[25] Ibid: 703.
[26] Ibid: 703-704.
[27] Para el ranking de multinacionales de los "bionegocios" véase: www.etcgropu.org
[28] Véase: Sánchez Ron, José Manuel. El poder de la ciencia. Alianza Editorial. España, 1992. Pp. 219-232. Delgado, Gian Carlo. La Amenaza Biológica. Plaza y Janés. México, 2002. Pp. 317-347.
[29] Conocidas como semillas genéticamente modificadas o transgénicos, son "innovaciones" biotecnológicas que parten de la aplicación comercial de técnicas de ingeniería genética. En términos generales, se diseñan las cualidades biológicas de plantas o animales, desde su estructura molecular, celular y genética.
[30] Fitzgerald, Op cit: 706.
[31] Carson L., Ráchale. Primavera Silenciosa. Crítica-Drakontos. Barcelona 2001: 20-21.
[32] http://www.nass.usda.gov/ky/B2002/p41.pdf
[33] Consúltese Delgado, 2002. Op cit. Pp. 263.
[34] RAFI, "Semillas Transgénicas: ¿Sólo un frenazo o ya cayeron al vacio?", Geno-Types / RAFI. 21/01/2001
[35] Oliver, Richard W. The Coming Biotech Age. Mc Graw-Hill. Nueva York, 2000. Pp. 177.
[36] Veraza Urtusiastegüi, Jorge. Para la Crítica de las Teorías del Imperialismo. Itaca. México, 1987: 53-54.
[37] Melvin Kranzberg identifica seis leyes respecto a la historia tecnología: 1) La tecnología no es buena ni mala; más bien es neutral. 2) La invención es la madre de la necesidad. 3) La tecnología viene en paquetes grandes o pequeños, niveles en los que puede conservar íntegramente el mismo grado de complejidad. 4) A pesar de que la tecnología puede ser un elemento primario en muchos asuntos públicos, los factores no-técnicos tienden a preceder en las decisiones de política sobre desarrollo tecnológico. 5) Toda la historia es relevante, pero la historia de la tecnología es la más relevante. 6)La tecnología es una actividad humana, y por lo tanto también lo es la historia de la tecnología. (Véase Kranzberg, Melvin. Technology and Culture. No. 27. EUA, 1986: 544-560).
[38] Consúltese Delgado, 2002. Pp. 257-283.
[*] Economista mexicano egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Autor de La Amenaza Biológica: mitos y falsas promesas de la biotecnología. Plaza y Janes. México, 2002. Actualmente realiza sus estudios de postgrado en la Universidad Autónoma de Barcelona con el auspicio de la Agencia Española de Cooperación Internacional.

4.5.03

Esquemas de biosaqueo de los Andes: el caso peruano.

Gian Carlo Delgado Ramos
Foro Boliviano, Medio Ambiente y Desarrollo.
Bolivia, 2003. http://www.fobomade.org.bo/bioytrans/docs/biosaqueo_01.pdf


Si se toman en cuenta las peculiaridades del Corredor Biológico Mesoamericano
(CBM), la envergadura de las implicaciones de otros corredores con potencial de
operar de modo formal es de orden mayor. En AL, además del CBM, se tiene
proyectado un gran corredor biológico que se abre como un abanico a lo largo y ancho
de Sudamérica: el Corredor Biológico del Sur (CBS). Si bien la revisión del escenario
“pre-CBS” es por demás importante y compleja, nos centraremos en este texto
solamente a su dimensión Andina, y en particular al caso del Perú. No obstante, el eje
de discusión gira entorno al papel que juega el país como uno de los países
megadiversos de Sudamérica; por lo que el caso peruano se puede pensar como
espejo para la región, aunque en efecto sea obligada una pesquisa particular para cada
caso.




Texto completo en:
http://www.fobomade.org.bo/bioytrans/docs/biosaqueo_01.pdf

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