Investigador titular C adscrito al Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Integrante del Sistema Nacional de Investigadores de México (nivel III, CONAHCYT); miembro regular de la Academia Mexicana de Ciencias; rapporteur del Multidisciplinary Expert Scientific Advisory Group del GEO-7 (PNUMA); integrante del Comité del PRONACES Sistemas Socioecológicos y Sustentabilidad del CONAHCYT y parte del Consejo Ejecutivo de la Red Mexicana de Científicos por el Clima.
9.12.10
Compensación de emisiones netas limitadas y el Yasuní–ITT, propuesta de Ecuador en la COP16
GIAN CARLO DELGADO RAMOS
La Jornada de Oriente.
Opinión.
Puebla, México. 9 de diciembre de 2010
Ante el problema del cambio climático se requiere un giro de perspectiva en términos de responsables y derechos de emisión. Para ello, Ecuador propone hacerlo desde el concepto de compensaciones de emisiones netas limitadas (o evitadas).
El presidente Correa consideró que el mecanismo REDD+ es un avance, pero que aún le falta aterrizar y corregir muchas cosas. Es un mecanismo que aún funciona dando “palos de ciego”. No es la panacea, “es tan sólo un remedio”. Y es que una de las cuestiones que Ecuador está señalando como problema clave de los proyectos REDD+ es que deben de contar con mecanismos de transferencia y gestión de recursos soberanos. Para ello es necesario entonces que los fondos no pasen por los organismos financieros que subordinan y condicionan bajo su lógica los proyectos. “La idea es hacer acciones comunes mediante el uso del mercado, lo que no es lo mismo que resolver el problema mediante mecanismos de mercado” y que responden a otra lógica de negocio cortoplacista y relaciones de poder. Por lo pronto, Ecuador impulsa su programa “Socio Bosque”, que busca proteger los bosques y sus valores ecológicos, económicos y culturales al tiempo que se reduce la tasa de deforestación y sus emisiones de gases de efecto invernadero asociadas. El programa consiste en la transferencia monetaria por hectárea conservada a los propietarios de las tierras, sean personas físicas, comunas, pueblos o naciones indígenas o asociaciones, cooperativas y organizaciones comunitarias. El ingreso es voluntario, y hasta ahora ha logrado incluir 539 mil hectáreas de bosque nativo y páramos. A agosto de 2010 integraba 15 mil familias o 59 mil beneficiarios y cuenta con una inversión comprometida de unos 3 millones de dólares en incentivos.
Ante la pregunta de que si el ALBA está boicoteando la COP16, Correa afirmó que lo que se está haciendo es buscar a un culpable y no a los responsables que son en realidad los países con las mayores emisiones de gases de efecto invernadero (como se demuestra en los documentos filtrados por WikiLeaks que precisan la labor de EUA para romper las negociaciones en Copenhagen). En realidad no se entiende por qué tal señalamiento, precisó, pues incluso en el ALBA, si bien hay similitudes y afinidades políticas y de otra índole, en el tema del cambio climático no hay una posición concensuada. Mientras Bolivia por ejemplo, aboga por los derechos de la Madre Tierra, Ecuador está enarbolando el pago de la deuda ecológica, reclamando la mencionada compensación de emisiones netas limitadas, promoviendo el proyecto Yasuní ITT, entre otras acciones.
El Yasuní–ITT consiste en mantener inexploradas las reservas de petróleo pesado ubicadas en el campo ITT (Ishpingo, Tiputini y Tamcococha) en el Parque Nacional Yasuní. A cambio el gobierno propone una retribución de al menos 3 mil 600 millones de dólares, equivalentes a 50 por ciento de los recursos que Ecuador recibiría si optara por explotar dichas reservas. De llevarse a cabo se podría evitar la emisión de 407 millones de toneladas de CO2, la preservación de la biodiversidad local y de la diversidad cultural de los pueblos en aislamiento voluntario que viven en la zona, así como la reforestación de un millón de hectáreas. El proyecto tiene el compromiso de atar los fondos a acciones de adaptación y mitigación a modo de no caer en acciones que de fondo son impulsadas por el negocio. De ese modo, se busca, la conservación de 44 áreas protegidas, la reforestación y forestación, la implementación de programas de desarrollo social en zonas de influencia del la iniciativa Yasuní–ITT, el aumento de la eficiencia energética nacional y el desarrollo de ciencia y tecnología sobre energías alternativas.
El proyecto a la fecha tan sólo ha recabado poco más de dos millones de dólares. Los contribuyentes incluyen al propio pueblo ecuatoriano y algunos aportes de países como España y Reino Unido. Existen también intenciones de contribuir por parte de la región baja de Bélgica (Valonia) y de algunos gobiernos regionales de Italia. Ecuador espera poder llegar a los primeros 100 mdd en junio de 2011.
Correa advirtió que si los países actúan desde la lógica de sus propios intereses individuales, no llegaremos a ningún lado. Tenemos que actuar y comprometernos de manera colectiva, agregó. Ecuador se sacrificará en términos económicos al limitarse en explotar sus recursos petroleros para aportar en la lucha al cambio climático pero, “no seremos unos tontos, exigimos corresponsabilidad, sobre todo de parte de los países que más emiten gases de efecto invernadero”. No comprometeremos los recursos para llevar educación, salud y desarrollo al pueblo ecuatoriano, remarcó.
El presidente concluyó con la observación de la necesidad de extender un segundo periodo de compromiso (de Kyoto) de tal suerte que se alcance un acuerdo vinculante que incluya metas claras, así como un tribunal e infracciones precisas. Señaló que el problema del cambio climático y, en general, las principales afectaciones socioeconómicas, ambientales y de derechos humanos, entre otras, son producto en el fondo de relaciones asimétricas de poder.
“El cambio vendrá de los pueblos”, advirtió Correa. En América Latina y otras latitudes donde la actual crisis económica está agudizando la situación socioeconómica y el futuro de los pueblos, “se necesita cambiar la relación de poder interna. Es el camino más claro y más directo. Y es que de lo que se trata es de un cambio a favor de los pueblos y no del capital”, añadió.
Por otro lado, ante la pregunta de la participación de EUA en el golpe de estado del pasado 30 de septiembre, Correa respondió que considera que Obama, la secretaria de Estado, Hillary Clinton y su gobierno no estuvieron directamente involucrados “pero sí grupos de extrema derecha, think tanks y agencias de ese país que operan con inercia y agenda propia”. Como resultado de la experiencia, hoy día, Ecuador está prestando más atención al tema de seguridad e inteligencia. Correa afirmó que los ecuatorianos son gente buena y por eso su gobierno no había puesto la suficiente atención al tema, pero ciertamente esto ya no es el caso y no volverá a suceder.
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