Gian Carlo Delgado Ramos
Ecología Política No. 43
España, Julio de 2012.
El proceso de trabajo en
la economía humana es la condición universal para la interacción metabólica
entre el ser humano y la naturaleza. Se trata de una interacción que lejos de
darse entre dos sistemas, más bien se establece entre un sistema (el natural) y
un subsistema (el económico). Mientras el sistema natural está cerrado a flujos
de materiales -el planeta tiene una cantidad finita- y abierto a flujos de
entrada y salida de energía (recibe energía solar que luego es una parte
reflejada al espacio y otra almacenada en forma de stock bajo la forma de biomasa o combustibles fósiles); en cambio, el
subsistema económico está abierto a la entrada y salida de energía y materiales
puesto que los toma del entorno natural para luego desecharlos en estado
disipado o degradado. Véase Figura 1.
Tal proceso metabólico o de
transformación de la naturaleza, se ha complejizado conforme lo ha hecho el
sistema imperante de producción, de ahí que se pueda hablar de una correlación
entre el aumento del metabolismo social y el incremento de acumulación de
capital. Se trata de un proceso en el que ciertamente la dimensión y el ritmo
del metabolismo social está desde hace algún tiempo alterando los ecosistemas y
el propio funcionamiento de los ciclos biogeoquímicos del planeta a una
velocidad nunca antes registrada en la historia del ser humano, desde la
alteración del ciclo del carbono al alcanzar 394 ppm a principios de 2012 (era
menor a 280 ppm antes de 1850), hasta la inyección de más de 120 millones de
toneladas de nitrógeno que ya sobrepasan casi en cuatro veces la frontera
propuesta para dicho ciclo (Rockström et al, 2009).